Que la visita de cualquier equipo de Primera División iba a generar expectación ya se sabía. Que las entradas para ver a Xavi Hernández y compañía sobre el césped del Murube iban a venderse a ritmo de vértigo, quizá no.

Este martes, tras anunciar la Agrupación Deportiva Ceuta de manera oficial la apertura de sus taquillas, cientos de aficionados caballas (y algún que otro culé infiltrado) se han desplazado hasta las oficinas del club para hacerse con su codiciado (y cotizado) ticket en papel. "Es para tenerlo como recuerdo", confesaba un simpatizante.

La cosa bien podría resumirse en algo así como 'el que parpadea pierde'. Las largas colas para conseguir asiento en el fortín ceutí dan buena cuenta de ello. Salvo los primeros en llegar a la sede del club, todos los hinchas han tenido que esperar alrededor de dos horas para poder respirar tranquilos. "Ya podrían haber puesto a alguien más en ventanilla para agilizar un poco el asunto", se quejaba otro seguidor.

La Agrupación no tenía previsto extender el horario de venta más allá de lo inicialmente establecido. No en balde, dada la coyuntura, la agenda de atención al público ha habido de ampliarse hasta bien pasadas las 14:00 horas. Por fortuna para los empleados de la entidad, el segundo asalto -el de la tarde- se espera algo más tranquilo que la franja matinal.

Según ha podido saber este medio, ya se han vendido todas las entradas correspondientes a la zona de tribuna. Calma, aún sigue habiendo localidades disponibles en el resto de graderíos del estadio. El club, de hecho, ha recibido el visto bueno por parte de la RFFCE para abrir el fondo norte de manera provisional y ampliar la capacidad del campo.

Los precios: ¿razonables?

A las quejas por las largas colas, hay que sumar las de los elevados precios de las entradas. La más básica de todas -para adultos abonados- cuesta la friolera de 50 euros (en la grada de gol, claro está). Para aquellos que no sean socios, el importe asciende a 80 euros. Casi nada.

La junta directiva de la institución es plenamente consciente de que el partido tiene algo más que simple tirón. Sabedor de ello, Luhay Hamido ha tomado la decisión de subir significativamente los precios con respecto al encuentro contra el Elche para, así, hacer algo de caja.

Es el Fútbol Club Barcelona, sí. Son los octavos de final de la Copa del Rey, vale. Todo eso no quita, en ningún caso, que al bolsillo medio le duela -hablando mal y pronto- soltar tanta pasta. "Se han pasado un poco", decía un comprador. "80 euros es lo que suele costar un Betis-Sevilla", agregaba. Y es que, ese es el sentir general de los aficionados: que los precios están engordados sobremanera.

Hamido se excusaba hace pocos días alegando que casi un tercio de la recaudación sería para los propios jugadores. Las explicaciones, no obstante, no han terminado de convencer a buena parte de la hinchada caballa, que, aún así, parece dispuesta a pasar por el aro para apoyar a su equipo.