“He venido a las nueve menos cuarto y ya tenía el número 17”, explica Manuel, que le está robando tiempo a su horario laboral para inscribir a su pequeño en los cursos de natación del ICD, “al final me he cogido el relevo mi mujer que ha entrado pasadas las once y media”. La misma historia que repite Susana. Llegó a las nueve menos cuarto y ya había una veintena de personas en la cola. Casi tres horas ha tenido que esperar para que la atienda “el único que estaba trabajando”.

Una espera que se viene repitiendo desde que comenzara el periodo de inscripciones para los cursos del ICD 2016/2017 ya que sólo se atiende a un máximo de 30 personas cada día. Cada mañana, al abrirse la puertas de las oficinas del ICD, ya son muchos los ceutíes que esperan y un empleado de Arasti Barca reparte 30 números por riguroso orden de llegada. “Hay gente que ya está aquí a las siete de la mañana”, admiten, pero los problemas han sido “sólo los dos primeros días, hoy ya no es así, mira, hay dos personas atendiendo”, dice señalando la sala de espera en la que sólo espera un hombre. Son ya las doce del mediodía. “Yo he venido hace cinco

“Eso es mentira”, dice Manuel, “allí sólo hay una persona y se ha marchado media hora para desayunar, con todo el trabajo que tienen, precisamente ahora que están en periodo de matrícula”. “Con ese sistema de treinta personas al día tienen que pedir la mañana libre en el trabajo para matricular al niño”.

“Yo he ido a las nueve menos veinte a sacar número y he salido a las doce menos veinte”, detalla otra madre que “ha pasado toda la mañana” para inscribir a su hijo pequeño en la piscina. “Cuando he llegado estaba la placita a reventar”, recuerda, “y la gente que venía a las nueve y media ya no tenía número”. “Sólo hay uno y luego viene otro y le releva, hacen una media de siete usuarios a la hora, y no hay manera de hacerlo online”, lamenta señalando que si se pudiera hacer el trámite de forma telemática sólo llevaría unos minutos.

Un sistema, coinciden los que lo han sufrido, que conlleva madrugar y soportar una espera, si quieres matricularte. Dos condiciones que, eso sí, sólo afecta a las nuevas inscripciones y que no han de sufrir quienes renuevan su matrícula.