Victoria del Ceuta y derrota del fútbol

Victoria del Ceuta y derrota del fútbol
A Muñoz le dejaron casi solo en el palco de autoridades

- Los de Lobera vencen al Caravaca con un gol en propia puerta en el minuto 19

- El partido fue para olvidar y el fútbol brilló por su ausencia en un encuentro muy aburrido entre dos plantillas que no cobran hace meses


Si la primera división es la Liga BBVA, la segunda B, en días como hoy bien podría rebautizarse como la Liga Lehman Brothers (la entidad financiera que con su quiebra desató la crisis global, que aún dura). La Segunda B es una división tan en ruinas como el Partenón griego. En el grupo IV dos equipos han abandonado ya la competición por falta de liquidez y los que aún pululan por los estadios lo hacen, como este sábado en el Murube, librando partidos con poco interés ni clasificatorio ni futbolístico, entre 22 jugadores que no cobran desde hace meses.

Y al final ganó el Ceuta. Lo hizo con un gol en el minuto 19 después de una buena jugada dentro del área entre Elvis y Guzmán, éste envió un pase que cruzó por delante de la línea de gol en busca de Fernando, listo en el segundo palo, pero el delantero está tan gafado esta temporada que ni cuando le toca marcar le dejan, y un defensa del Caravaca, Georgi, llegó antes a la pelota y para su desgracia hizo el trabajo por Fernando y la envió a la red.

Después de eso. El partido fue una crisis, una suerte de quiebra y devaluación del fútbol sin luz al final del túnel ni retorno aparente. El partido fue malísimo. Aburrido en extremo. Sin calor ni en la grada ni en el ambiente y sin apenas jugadas que echarse en la memoria. Un solar. Un empleado con una caja de cartón llena de objetos personales en las manos cruzando la puerta del trabajo para no volver nunca más. Eso fue el duelo.

Y aún así, la afición salió del campo pensando en que se han sumado tres puntos. Tres puntos que no se saben muy bien para qué sirven. El equipo está descartado para competir por el ascenso, es un noctámbulo en la mitad de la tabla. Compite por inercia, pero lo hace dormido. Si aún no está descartado matemáticamente es por las jornadas que restan, los puntos aún por jugar, pero jugando así, aunque quedara toda la Liga sería una certeza el imposible de jugar por el ascenso y mucho más imposible subir.

Al vestuario la única motivación que le queda es cobrar y encontrar un trabajo en algún equipo el próximo curso. Y eso se empieza a notar en el césped. Son 9 puntos, después de la victoria al cuarto clasificado, que podrían ser 11 si el Lucena gana mañana a domicilio en Lorca. Y quedan diez jornadas por disputar, diez que en realidad son menos, ya que muchos de los que van por delante aún tienen en el calendario los partidos contra los desahuciados Sporting Villanueva Promesas y Polideportivo Ejido, como el Ceuta, que la semana que viene le tocaba jugar en Extremadura y se ahorrará el viaje. Volverá a sumar tres puntos.

Y todo esto a pesar de que en las últimas cuatro jornadas, contando la de hoy el equipo suma tres victorias y un empate y pasa por ser el más en forma del grupo, junto con el Jaén.

Datos y números que enmascaran el particular balance contable del fútbol: el juego. Y ahí el Ceuta volvió a obtener una pésima calificación este sábado. Frente a un rival menor, que lucha por no hundirse en la indigencia de la tercera división, el Ceuta no jugó nada bien.

La cosa salió demasiado bien, pudo el Caravaca empatar. Dispuso de al menos cuatro ocasiones muy claras en la segunda parte. Y fue un fracaso constante el Ceuta de mitad de campo para arriba. No hiló jugadas, no acertaba con los pases, tampoco pescaba los rechaces. Nada salió bien.

Y en defensa el Caravaca o como se llama oficialmente el CF La Unión, le cogió la espalda tres o cuatro veces. Pero las falló todas, cuando no las mandó por alto resolvió mal y se lo puso fácil al meta Pau Torres. Incluso hubo suerte y el árbitro se comió un más que probable penalti cometido por los caballas.

Al final victoria y gracias. Aburrimiento. Durante buena parte de la segunda parte el encuentro pareció más que de fútbol de Voley playa. El balón pasaba más tiempo en el aire midiendo la fuerza del viento de levante que sobre el tapiz verde. Balonazo iba balonazo venía.

La grada llegó a impacientarse cuando entre el minuto 70 y el 75 el Caravaca dispuso de tres buenas ocasiones, incluido el probable penalti. Se escucharon pitos. Y en la grada se apuntó por primera vez a la directiva, atrás quedaron las pancartas cargando contra la federación, el Gobierno y la oposición. La grada hoy miró a la directiva, concretamente a su presidente, cada vez más solo. Hoy en el palco de autoridades estaba sólo el gerente del ICD junto a José Antonio Muñoz. Pero la grada se pronunció en bajo, sin aunar voces para ser audibles, tan sólo para los que estaban cerca. Y eso no es lo más preocupante de la afición. También acusa la crisis. Cada jornada la entrada se reduce, este sábado había poco más de 500 personas.

Como habrá comprobado de lo que pasó sobre el césped hay poco que contar, mejor olvidarlo y pensar en cosas más divertidas.

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