Con mucho menos estrépito que Leroy Merlín, el viernes, Burger King, otra de esas grandes marcas a las que aspira el Gobierno local para usarlas de reclamo para la clientela marroquí, abrió sus puertas en el Centro Comercial Parque Ceuta.

Esta vez, sólo una pequeña representación de la Delegación del Gobierno, con su máximo mandatario, Francisco Antonio González, al frente apareció por el local. Y eso que genera más trabajo que la ferretería verde. Entre 25 y 30 puestos de trabajo, destinados en su casi totalidad a personas jóvenes (el colectivo más castigado por el desempleo en la ciudad).

Jornadas que tal y como explica el director de operaciones de Serenest, empresa que está detrás de la nueva franquicia, Walter Pezantes, es difícil ahora mismo cuantificar de qué duración media son, pero la aspiración sí es clara: “Queremos, si todo va bien, que sean todas a jornada completa”, explicó.

Serenest no es nueva en esto de la comida rápida, gestiona y explota unas 15 tiendas, en su mayoría en Madrid, pero también en otros puntos del país con marcas como Tagliatella o Fosters Hollywood.

El restaurante de comida rápida abrirá en horario de 12 del mediodía a 12 de la noche y a lo largo de la próxima semana sumará otro punto de venta en Algeciras.

A pesar de la experiencia, Walter Pezantes, reconoce que no ha sido nada fácil abrir en Ceuta. Como siempre, los problemas surgieron en el lado de la logística por culpa del Estrecho que ha complicado los suministros desde el mobiliario hasta la propia comida.

Un millón de euros en inversión que se ha llevado en buena parte una sofisticadísima cocina. Como las aerolíneas en sus comienzos se obsesionaron por la seguridad para lograr la atracción de clientes, las marcas de comida rápida luchan con una fuerte inversión tecnológica en garantizar una comida sana y máxima higiéne.

Así cada máquina que automatiza la producción cuenta con un sistema de luces semáforo que indica si se llega a encender la luz roja que el producto hay que desecharlo. Todo medido en tiempo. La carne no puede pasar más de 40 minutos en el baño caliente. Los congeladores, las máquinas de patatas y hasta las freidoras usan el mismo sistema para garantizar producto fresco de máxima calidad y máximo sabor en el paladar.

La nueva tienda trabaja ya con una frutería local para que pase los exigentes requisitos impuestos por la marca Burger King y se pueda convertir en suministrador oficial de la hamburguesería. De momento también las verduras vienen de la península. Y la gerencia de la tienda trabaja también desde ya en dotarse de carne halal para dar placer también al exigente público musulmán.

A todo eso se une un sofisticado calendario de limpieza, mediciones constantes en la calidad de los aceites, sumideros diseminados por toda la cocina para permitir una limpieza más eficiente y rápida. Todo para garantizar la máxima satisfacción del cliente.

“Sabemos que vamos a pasar muchos controles y Burger King es muy exigente en este sentido. Ni los restaurantes de alta cocina trabajan con mejores standards de higiene y calidad”, explica Pezantes.