“Nos parece que no se puede mantener una actitud pasiva ante la muerte paulatina de nuestro comercio local y la consecuente destrucción de empleo”, reprochan en un comunicado.

“Todos vemos como cierran las empresas, como proliferan los carteles de “se vende” o “se traspasa”, lo que significa que hay más personas que han perdido su medio de vida, y sin embargo, nadie ve lo que hace el Gobierno. Probablemente porque no hace nada”, ironizan. Contrasta para Caballas”la vertiginosa velocidad de los acontecimientos, con la parsimonia (culpable) del Gobierno, siempre agarrado al típico “estamos en ello” que se ha convertido en una cómica seña de identidad que ya provoca risa cuando no hilaridad entre la población”.

Caballas advierte que la realidad “post-covid-19” “ha desnudado por completo la estructura de un sector muy debilitado que aguantaba temblando más por inercia que por rentabilidad”. Los efectos de la pandemia, sumados al enorme impacto causado por el cierre de la frontera, están provocando una “reconversión” a marchas forzadas “y sin anestesia”: Los cierres se suceden, las reducciones de plantilla (incluso en los comercios emblemáticos considerables como intocables) ya son una rutina diaria”, alertan urgiendo a tomar medidas.