Los líderes de la coalición Caballas, Mohamed Ali y Juan Luis Aróstegui, han presentado este lunes a mediodía en la Asamblea el 'Plan de Austeridad' con el que el primer grupo de la oposición pretende tapar los tres sumideros, grandes alcantarillas a juicio de los localistas, "agujeros negros", por los que desaparece parte del dinero público en la Ciudad Autónoma. Si el pasado viernes fue el portavoz gubernamental, Guillermo Martínez, el encargado de presentar el nuevo programa de medidas de austeridad y contención del gasto público del Ejecutivo del PP, esta mañana han sido los dos diputados autonómicos de la oposición los encargados de depreciar su valor a la nada.

Una pantomima es, a juicio de Ali y Aróstegui, lo que redactó Márquez, aprobó el Consejo de Gobierno y leyó Märtinez a los medios. Un paquete de "intenciones ambiguas y genéricas", de "lugares comunes", que "no sirven" para atajar la hemorragia de fondos públicos que sufre la institución por tres heridas: 1) la del "clientelismo", que facilita "la creación de puestos innecesarios con el único propósito de colocar a amigos, familiares y deudores de favores políticos"; 2), la de los contratos "que se adjudican sin justificación, siempre a precios fuera de mercado"; y 3) la de las subvenciones y otros pagos "para comprar voluntades y contentar a la gente".

"Las 17 medidas que plantea el Gobierno local no servirán para nada porque son reiterativas, porque carecen de la correspondiente modificación presupuestaria, porque no incorporan una evaluación de los anteriores planes de austeridad y porque en muchos casos suponen un reconocimiento implícito de que hasta ahora se ha despilfarrado el dinero en viajes, dietas, teléfonos móviles y horas extraordinarias, entre otros conceptos", ha criticado Ali.

El portavoz de Caballas ha llamado la atención sobre una esas propuestas, la que prevé ahorrar 1,5 millones mediante la renegociación del convenio con la empresa que gestiona la empresa desaladora, sobre la que ha dicho que se plantea ahora "porque el Ejecutivo de Vivas sabe que el año que viene será la Ciudad la que tenga que sufragar el coste íntegro de la desalación" y ha denunciado que no se aclare si ese ahorro vendrá motivado por una reducción del agua a tratar.

"Es cínico", ha terminado, "hablar de austeridad mientras se crea una plaza de gerente de la GIUCE que lleva un año vacante y que tiene un coste de 72.000 euros al año que sumar a los 4.000 euros al mes que se pagan por las dependencias del edificio de Correos cuando ahora se nos asegura que se va ahorrar en el alquiler de inmuebles".

"Lugares comunes" para que nadie se enfade con Vivas

Aróstegui ha ido un poco más allá en su interpretación de las medidas del Ejecutivo. A su juicio dos de ellas, las que aluden a la Asociación Deportiva Ceuta y a la Escuela Hípica, se despliegan porque "ahora que los recortes en las transferencias estatales se empiezan a notar y ya no se pueden atar los perros con longanizas hasta a Vivas le iba a resultar muy difícil de explicar cómo podía darle 300 millones de pesetas al club que preside su amigo [José Antonio Muñoz] y 100 para que algunos se dediquen al negocio de los caballos".

"Para que no se note mucho y para que no se enfaden con él", ha hilado, "ha vestido ambas decisiones con un catálogo de lugares comunes sin apenas incidencia real en las cuentas municipales".

Porque según su punto de vista el dinero se va en móviles, viajes, horas extras y demás, pero sobre todo en que "cada amigo" tenga un trabajo, un contrato o una subvención a mano. Ejemplos de este proceder hga citado varios: pagar 500.000 euros a una empresa de la esposa del gerente de una empresa pública "para que ensobre cartas"; destinar 35.000 euros a la elaboración de un estudio sobre la gestión de la actividad portuaria; otros 30.000 para darle asesoramiento jurídico a Obimasa...

"Hay que gastar de forma ordenada, lógica, razonable y rigurosa"

"La Administración local tiene más de mil funcionarios, una sociedad como Procesa supuestamente especializada en hacer ese tipo de trabajos, un Consejo Económico y Social (CES) para hacer informes...", ha recordado Aróstegui, que ha resumido en pocas palabras lo que propone Caballas: "Gastar de forma dordenada, lógica, razonable y rigurosa el dinero que aportan todos los ceutíes a la institución para destinarlo a luchar contra el paro, a tener unos Servicios Sociales adecuados, a atajar la infravivienda y a dotar a los barrios del equipamiento que precisan".

Ello se concreta, más al detalle, en "acabar con el clientelismo y con todos los puestos innecesarios rescindiendo sus contratos de inmediato"; en "sacar siempre a subasta cualquier contrato de obra o suministro y acabar con los modificados"; y en gestionar "con rigor y en función de su impacto en la sociedad la política de subvenciones".

"Lo que no puede ser", ha dejado claro la coalición, "es que el PP siga dedicando el dinero público a pagarse sus caprichos y a colocar o contratar a sus amigos; que la Ciudad pague el doble por todas las obras que hace o que todo el mundo, toque el tambor, juegue al fútbol o tenga una Casa Regional, se lleve los billetes nadie sabe para qué".

El Plan de Austeridad de Caballas, punto por punto

1.- Rescindir todos los contratos laborales cuya única justificación está en el clientelismo político.

2.- Retirar todos los privilegios y prebendas otorgados en el Ayuntamiento y en las empresas municipales a los 'amigos' del PP.

3.- Rescindir todos los contratos y convenios innecesarios que sólo sirven para favorecer intereses partidistas.

4.- Suprimir todas las subvenciones cuya única finalidad reside en la compra de voluntades políticas.

5.- Contrtar exclusivamente las obras y servicios estrictamente necesarios, y hacerlo mediante el sistema de subasta, que elimine el subjetivismo (favoritismo), abaratando los costes del mismo.

6.- Cumplir escrupulosamente os contratos de ejecución de obras evitando pagar por ellas más de lo especificado en el contrato. No más reformados.

7.- Contratar los suministros de obras y servicios a precio de mercado, eliminando el 'sobrecoste' que se paga por el hecho de que el Ayuntamiento sea el cliente.

8.- Velar, mediante la intervención de técnicos independientes, por el rigor en la facturación de servicios presentados al Ayuntamiento. 

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