Y es que a la ya habitual falta de "ánimo revindicativo" que sufren últimamente los ceutíes según Aróstegui, se unen los hechos de que la fecha posibilita este año un largo puente, especialmente en el Ayuntamiento al coincidir con la celebración del Día del Funcionario, así como que la Unión General de Trabajadores haya decidido no secundar la marcha y celebrar por su cuenta el día con una paella.
Pese a todo, Aróstegui cree que es necesario dejar de manifiesto la preocupante situación económica que vive Ceuta, sin que el Gobierno central haya propuesto "ni una sóla medida para el avance en materia económica" y con la Ciudad "desertada de la lucha".