Vaya por delante que los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE) hay que tomarlos con cautela en las ciudades autónomas. No recogen el número de inscritos en las oficinas del INEM como buscadores de empleo, sino las cifras de quienes aseguran, lo estén o no, que querrían trabajar y no pueden. Dado que en Ceuta y Melilla las muestras son exiguas (menos de 5.000 entrevistas), habitualmente el estudio recoge grandes variaciones que pueden no ceñirse de forma ajustada a la realidad. En cualquier caso, apunta tendencias.

Tendencias pésimas, por cierto. Durante el segundo trimestre del año en curso el número de parados en Ceuta creció en 1.400 personas, con lo que el número de desempleados en la ciudad llega a 13.800 y la tasa de paro roza ya el 40%, la máxima regional del país como es obvio.

El 39,4% de los mayores de 16 años que buscan un trabajo en la ciudad no lo encuentran. Al grupo de los activos (que aglutina a parados y a ocupados), se incorporaron entre abril y junio 200 ceutíes. Lo más grave de todo es que, durante el mismo periodo, se destruyeron 1.300 puestos de trabajo (4.500 desde que comenzó 2011), la diferencia entre el nivel de ocupados de hace tres meses y el actual (21.100 ocupados).

Entre enero y marzo, la ratio de parados local ha crecido un 11,7% mientras que la media nacional lo ha hecho un 0,95%. Sólo a La Rioja (14,1% al alza en número de parados) y a Melilla (incremento del 31,8%) les ha ido peor.

Por sexos, la tasa de paro femenino es sencillamente escandalosa en Ceuta (46,15%), casi el doble que la meda nacional y diez puntos por delante de la de Melilla.

- Consulte, íntegros, los datos de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre del año

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