
Ceuta irá “de la mano” siempre con la ciudad hermana de Melilla, también en el camino que se ahora se inicia para estudiar con detenimiento la posibilidad de integración de las ciudades autónomas en la Unión Aduanera. Una iniciativa en la que, así y todo, el Gobierno de Vivas muestra menos entusiasmo y más prudencia que el Ejecutivo melillense de Juan José Imbroda, que quiere sentarse a negociar con el Estado en marzo.
Antes de lanzarse, aunque “van a apoyar” todas las iniciativas que plantee Melilla, avisa la consejera de Hacienda, Kissy Chandiramani, dejarán que sea Imbroda quien dé el primer paso: “Habrá que ver las conversaciones que Melilla tenga con el Gobierno de la Nación”. Además, recuerda Chandiramani, el asunto trasciende el empeño de las ciudades autónomas y habrá que pulsar tanto el sentir del Gobierno central como el de la Comisión Europea, donde se requiere unanimidad para aprobar la entrada de Ceuta y Melilla en la Unión Aduanera.
“Queda un camino importante por recorrer y qué situación nos vamos a encontrar, qué ganamos y qué perdemos”, alega Chandiramani, pidiendo tiempo para valorar todos los factores, sus consecuencias, las ventajas y los inconvenientes. Un trabajo que ya encargó en 2008 la Cámara de Comercio, a instancias del Gobierno de la Ciudad, al catedrático de la Universidad de Murcia, Joaquín Aranda, oráculo económico del Ejecutivo de Vivas. Estudio cuya existencia desconocía la consejera que, alegó, es todavía una recién llegada al área.