El Rey de España, Felipe VI, ha presidido este jueves el acto de entrega de los VII Premios de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), que promueven "el reconocimiento social de la figura del pequeño y mediano empresario y del autónomo y divulgar su contribución al progreso económico y social y a la creación de empleo". El galardón al mejor Proyecto Emprendedor ha recaído en 'Bio Ammo', una empresa que hace cinco años se interesó vivamente por radicarse en Ceuta.

Sus impulsores, su presidente y fundador, Enrique López-Pozas, que ha recibido el galardón de manos del monarca, y su director de Explotación, José López-Pozas, se recorrieron en 2016 muchos despachos de la ciudad buscando 20.000 metros cuadrados de superficie y capital público o privado con el que completar los 6 mllones de inversión que precisaban para hacer realidad una fábrica de cartuchos 'verdes' sin polímero procedente del petróleo sustituido por otro a partir de materia vegetal que se come las bacterias y no se queda años contaminando.

El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, aseguró en público que pondría "todo" a su disposición para que recalase en Ceuta, pero a la hora de la verdad todo se quedó en agua de borrajas. En algunos resortes de la Administración el asunto sonó a bluf.

"Sustituimos las macromoléculas sintéticas, que las bacterias no pueden digerir, por otras más cortas [monómeros] de origen vegetal sin alterar sus propiedades físicas y mecánicas", explicaba entonces a Ceutaldia.com Enrique López-Pozas, que no encontró respaldo en la Administración y no llegó a ningún acuerdo con inversores ceutíes privados.

Aquí veían los López-Pozas potencial para aprovechar las ventajas fiscales y un puerto desde el que dar salida a su producción hacia “todo el mundo”... Pero en Castilla y León, en plena meseta, sí encontró respaldo institucional (la oposición en bloque apostó por impulsar la declaración del proyecto como empresa de interés estratégico para la región) y privado. El tren pasó para Ceuta y la iniciativa germinó en Santa María La Real de Nieva, un pueblo segoviano a 20 kilómetros de la capital.

"Creemos que Bio Ammo ha conseguido acumular grandes éxitos como proyecto emprendedor: una inversión de más de 7,6millones de euros, en un proyecto basado en patentes e I+D+i, un producto único, de calidad premium y biodegradable, único en el mercado, y una internacionalización comercial real, en una economía circular, respetuoso con el medioambiente y un sector a la espera de una solución a los problemas de contaminación por plásticos", considera ahora el emprendedor, de raíces familiares caballas.

Según reconoce echando la vista atrás, "la falta de financiación y recursos propios fue el gran obstáculo durante 8 años. Otro gran obstáculo fue hacer ver que los resultados de un I+D+i, que además dan como resultados patentes internacionales, debería ser una cierta garantía de éxito. La respuesta más habitual era: 'son solo papeles e ideas, cuando estés produciendo podremos hablar”.

“En Ceuta no se supo entender y quien sí lo hizo quería quedarse con todo el proyecto”, lamentó a este medio en agosto de 2018 el empresario, que entonces recibió la Real Orden del Mérito Civil por su labor científica y que rechazó ofertas "millonarias" por un porcentaje insignificante del accionariado de su proyecto.

Tampoco faltaban referentes para atisbar su proyección: A finales de 2016 disponía de tres patentes mundiales para ofrecer munición biodegradable, 'verde', de todo tipo, para caza, tiro deportivo, Defensa... TINSA valoró solo una de ellas el año pasado en 104 millones de euros. El conjunto de la empresa, en 394.

"Tal y como le dije al presidente [Vivas], yo no iría a plantear ninguna estafa a ningún sitio pero menos a Ceuta, donde descansan mis abuelos", argumentó López-Pozas en respuesta a los recelos que suscitó su propuesta en algunos interlocutores locales.