Y es que parece que la empresa ceutí vive aún en el siglo XX en lo que a las posibilidades que ofrece Internet. Apenas la mitad de los empleados usa un ordenador en su trabajo diario y sólo un 13 por ciento dota a sus empleados de un ordenador portátil y un móvil con conexión a Internet. Y aunque ocho de cada diez tiene una web, sólo un 0,4 por ciento la utiliza para vender su producto, apenas un tercio tiene disponible un catálogo y sólo el 12,2 por ciento acepta pedidos on line.
Y no hay nada que achacar a la Administración, que ha hecho su parte: ocho de cada diez usa la administración electrónica, siete de cada diez tiene firma digital y casi el cien por cien la usa en su relación con las administraciones públicas. Y muchos de los empresarios, casi todos, el 90 por ciento, tiene presencia en redes sociales, aunque más de la mitad, el 54 por ciento, no cree que pueda ser de utilidad para su negocio, aunque dos tercios sí se ha posicionado en los buscadores de Internet pero sólo un 14,5 paga publicidad en medios digitales.
Y entre las empresas de menos de diez empleados el panorama es aún más analógico. Un 65 por ciento tiene un ordenador para su negocio con conexión de banda ancha pero sólo uno de cada cinco tiene una web, aunque el 85 por ciento usa la administración electrónica.
Y si buscamos empresarios expertos en las nuevas fronteras de Internet los porcentajes alcanzan niveles mínimos. Menos de la mitad trabaja con sistemas de código abierto y sólo un 11 por ciento usa la nube y apenas un 3 por ciento usa el ‘big data’.