Los empresarios de los Polígonos de Alborán, La Chimenea y la primera y segunda fase del Tarajal se han unido para reunir sus quejas y presentarlas en forma de dossier ante la Delegación de Gobierno, ante la que denuncian el “estado policial” que viven los polígonos y que les aboca al cierre de sus negocios, estrangulados por un “régimen policial autoritario”. “El fin de esta unión es la de acabar de una vez por todas con los problemas del Tarajal que nos están llevando al cierre de nuestros establecimientos o a trabajar en condiciones infrahumanas perdiendo dinero.”, explican.

El dossier-denuncia formal, presentado por los empresarios de los polígonos detalla la situación caótica que viven cada día atrapados en el comercio trasfronterizo que rodea al puente del Biutz y la marea humana de porteadores que arrastra. Una situación que no es precisamente nueva pero que, “de un tiempo a esta parte se ha vuelto del todo insostenible, lo que ha abocado a muchos de los propietarios e inquilinos de las naves a cesar en la actividad que venían explotando en esas naves”. Un cierre al que parecen estar predestinados muchos de los negocios, especialmente los que se encuentran en la zona más cercana al paso de porteadores, avisan los empresarios y cuyos locales a buen seguro quedarán también vacíos.

El nuevo Archipiélago Gulag

Una situación que afecta a todos los polígonos, especialmente a los de Alborán, La Chimenea y la primera y segunda fase del Tarajal que “a simple vista no parecen encontrarse en territorio español”, ironizan, sino ”en un régimen policial autoritario”. Una situación, comparan, que podría “servir de inspiración a Solzhenitsyn para un nuevo ‘Archipélago Gulag’”. “Desde el alba hasta el mediodía, el polígono Industrial Primera Fase, lo que inmediatamente incide en la Segunda Fase y en La Chimenea, literalmente está tomado por una cantidad ingente de miembros del Cuerpo Nacional de Policía y sus vehículos, dependientes, directamente de Delegación de Gobierno en Ceuta, lo que impide en determinadas zonas y tramos horarios el libre tránsito de personas y vehículos, estableciendo cupos de personas, prohibiciones de entrada y desplazamiento, vallas de cierre y accesos, etc”.

Unas medidas que, además de impedir el libre tránsito y el libre comercio, resultan contraproducentes porque crean aglomeraciones en unas zonas dejando totalmente desiertas otras. “Parte de la problemática, sino toda, está provocada por la propia dinámica establecida por los efectivos policiales”, denuncian apuntando lo “kafkiano” que resulta la imposición de la Policía de que los porteadores accedan a los polígonos sin bultos para recoger su fardo en una nave consigna cercana al paso del Biutz, una medida que, a su juicio, no sólo no sirve de solución sino que ha empeorado la situación, lo que “redunda en el beneficio de las naves consigna”, naves en situación irregular “consentidas” por las dos administraciones.

Unas restricciones que afectan también al tránsito de vehículos y que impide que el camión de reparto de una empresa de los polígonos no pueda regresar al Tarajal hasta pasadas las 14,00 horas que se levantan las restricciones. ”Resultaría impensable que la Policía Nacional tomase a diario Cañonero Dato porque se producen aglomeraciones de personas y vehículos en las inmediaciones del Lidl, que se producen, pero no estaría bien vista esa actuación en pleno centro”, comparan. “Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen otros cometidos más importantes que la creación de continuos obstáculos al libre comercio”, sentencian apelando al artículo 139.2 de la Constitución que “señala la imposibilidad de poner obstáculos a la libre circulación”.

Recuerdan que, además de “incumplir” el 139.2, también se está vulnerando presuntamente el artículo 18 del Tratado Constitucional Europeo, ya que los estados no pueden restringir el derecho más que por causa de orden o seguridad públicos o de salud pública” y los porteadores, apuntan, han entrado legalmente en Ceuta. Y, aunque se den circunstancias puntuales, admiten, “las actuaciones (policiales) se están produciendo sine die y con habitualidad, con un horario perfectamente establecido”. “A una situación puntual y excepcional que se pudiera haber dado en alguna ocasión en el pasado, y que precisase de esas medidas, lo que dudamos sin ánimo alguno de equívoco, se le está dando un tratamiento de permanente, lo que resulta del todo punto inadmisible”.