A las diez de la mañana a un conocido negocio hostelero local le falta la gran parte de su músculo laboral este lunes. Momento que el propietario desesperado decide echar el cierre a la espera de que le llegue los trabajadores transfronterizos. No es el único perjudicado por un nuevo día de caos y tumultos en el paso fronterizo del Tarajal.

Los retrasos en el tránsito han vuelto a estar provocados, según Delegación del Gobierno por la ocupación de todo el ancho de la frontera –incluyendo la parte central destinada al paso de vehículos- de los porteadores. Pero en ningún caso se han llegado a echar las rejas y dejar cerrado el Tarajal en alguno de sus lados, han matizado desde Delegación.

El tiempo perdido es el que le ha costado a las fuerzas del orden marroquíes despejar a los porteadores para que permitan otros tránsitos fronterizos como de las trabajadoras del hogar o de otros sectores.

Con el retraso acumulado llegan las prisas de los que tienen que cruzar para ganar el pan y en el momento que se puede agilizar la cosa, según algunos testigos se ha producido una avalancha que acabado con un agente de las fuerzas marroquíes desmayado y pisoteado por la turba. Lo que ha obligado a que tuviera que personarse en la frontera una ambulancia, sin que el incidente le conste a la Delegación del Gobierno.

Todo ha pasado en el lado marroquí del Tarajal y ese todo rutinario de tráfico denso en el paso fronterizo que retrasa la vida laboral, comercial y turística y genera pérdidas, se achaca desde Delegación al retraso en la apertura del Tarajal II, cuya llave está en el lado marroquí ahora mismo.