Lo avisó un respetado alto mando del Ejército de Tierra en junio de 2023: "Ceuta y Melilla no van a gozar de tranquilidad en el futuro". La "política revisionista" de Marruecos para con las dos ciudades autónomas y, sobre todo, sus "pretensiones anexionistas" llevaron a un grupo de expertos a concluir que, efectivamente, ambas regiones lo van a tener muy crudo de cara a los años venideros (y no precisamente por el paro o la climatología...).

Dicen que nadie escapa a su destino. Puede que, contra todo pronóstico, los territorios españoles del norte de África logren hacerlo. La parcela relativa a defensa parece estar ya más que cubierta: la inclusión de los dos plazas en el radio de acción de la OTAN garantiza la integridad territorial de estas casi de por vida (al menos, sobre el papel). Resuelta esa papeleta, queda por meter mano a un problema casi tan mayúsculo como el de las amenazas externas: la economía.

Por suerte para quienes habitan ambos municipios, el Observatorio de Ceuta y Melilla tiene un as bajo la manga. Tiene, de hecho, unos cuantos; tantos como estudios ha realizado en torno al desarrollo de las dos ciudades a las que se dedica a observar. El último de ellos data de este mismo marzo: su formato es el propio de un informe; informa como lo hace un informe; plantea soluciones del mismo modo que un informe. Es, por tanto, un informe, uno que lleva por título 'Redefiniendo la economía sur: oportunidades y desafíos de futuro de Ceuta y Melilla'.

El documento resultante de meses y meses de análisis y enmarañadas pesquisas recibe al lector con un tajante "Ceuta está pasando por momentos difíciles". La parte buena es que no todo está perdido: "Hay alternativas". Así lo ha hecho saber -para tranquilidad de ceutíes y melillenses- la organización que encabeza Carlos Echeverría, cuya cúpula se ha desplazado hasta tierras caballas para presentar en sociedad las conclusiones a las que han llegado quienes colaboran con la entidad.

El informe en cuestión lleva la rúbrica de Diego Sánchez de la Cruz, un analista de origen madrileño que compagina sus responsabilidades en el llamado 'Foro Regulación Inteligente' con sus "labores de investigador asociado" en el Instituto de Estudios Económicos, un órgano ligado a la CEOE. Dada su ausencia (no se sabe por qué no ha viajado), ha sido el propio Echeverría el encargado de dar cuenta de las tesis que este ha alcanzado.

"Aportar posibilidades de futuro": esa es la pretensión que el estudio tiene por objeto. Con el mañana como horizonte, el análisis centra el tiro en dos cosas: "Desmenuzar los desafíos" y "plantear soluciones a la situación económica actual". Al margen de todo ello, Echeverría cree que el que hoy nos ocupa "es un informe oportuno". Lo cree por una sencilla razón: "Ha coincidido en el tiempo con la aproximación entre las autoridades políticas de las dos ciudades autónomas y la Junta de Andalucía".

La principal idea que se desprende del documento es la de que Ceuta y Melilla no han de mirar hacia el Sur, sino hacia ese Norte que tantas oportunidades ofrece. En esa dirección, "lo primero que encontramos es Málaga", un lugar que, a juicio de la plana mayor del Observatorio, representa un ejemplo perfecto de aquello en lo que puede convertirse nuestra urbe.

Aun estando su tejido productivo impregnado por las bondades de ese Régimen Fiscal Especial que tanto bien nos ha hecho, desde la organización, consideran que, vistos los pormenores actuales, hay que ir un paso más allá: hay que hacer de Ceuta y Melilla "zonas económicas especiales". Existen en China, en India, en Polonia y hasta en España: las Islas Canarias están catalogadas como tal (además de como 'región ultraperiférica de la Unión Europea'). "Pensamos que sería una fórmula interesante", apuntaba Echeverría.

Puerto, logística, infraestructuras, turismo ("de calidad"), digitalización... Todos ellos constituyen elementos vertebradores de aquello a lo que han de aspirar tanto Ceuta como Melilla. El 'pero' es uno y solo uno: para conseguirlo, "hay que volcarse". Lo importante, ahora, es que se lean el informe aquellos a los que este va dirigido. Una cosa parece clara: "Hay que dar gracias a Marruecos por haber cerrado la frontera" (por aquello de que "hay más mundo").