Los trece trabajadores de la empresa Eulen, que llevan en algunos casos 14 años realizando el mantenimiento y arreglos del parque de viviendas militares del Ministerio de Defensa en Ceuta que gestiona directamente el Instituto de Vivienda de las Fuerzas Armadas (Invifas), reclaman desde este lunes e insistirán el martes y el miércoles, que Defensa saque a concurso dicho mantenimiento.

De los trece trabajadores que contaba en plantilla para esta labor la empresa Eulen, ahora tan sólo trabajan cuatro, un jefe y tres más, que pasarán al paro a partir de finales de marzo para que se incorporen otros tres compañeros a trabajar. Se han visto abocados a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, por el que desde el uno de enero 9 están “gastando el paro” y sólo tres trabajan, situación que cambiará a los tres meses, un paro rotatorio, que se puede prolongar durante un año y que en caso de no haber salida dejará a los trabajadores a las puertas de una indemnización, pero sin apenas paro.

Por eso se concentran estos mediodías frente a la puerta del Gobierno Militar en la Marina Española, para que Defensa no insista en la situación de precariedad que viven y licite con prontitud el concurso para el mantenimiento de las cerca de 1.400 viviendas que tiene en uso en Ceuta.

El 15 de diciembre expiró el contrato que unía a Eulen con el Invifas para esa labor, y Defensa en lugar de licitar con tiempo un nuevo concurso optó por prorrogar el existente pero variando las condiciones y dejando en un 30 por ciento el gasto en el mantenimiento de las viviendas en comparación con lo que gastaba antes, según ha explicado el delegado de los trabajadores de Comisiones Obreras, Melchor León.

La consecuencia del tijeretazo la pagan los trabajadores que llevan como en el caso de León 14 años subrogados a esa labor de mantener y arreglar los desperfectos que van surgiendo en más de un millar de casas militares a lo largo y ancho de Ceuta.

Ahora trabajan sólo tres y un jefe. “De guardia 24 horas, echando muchas horas para intentar sacar adelante el trabajo que antes hacíamos 13 personas, y las horas ni las pagan ni nada. La empresa dice que si el Invifas no paga no puede pagar más personal. Estamos como en el tiempo de los esclavos”, relata León.

La situación no es nueva, hace dos años ya pasó algo parecido. A los trabajadores les da igual la empresa que se alce con el hipotético concurso, por el convenio del Metal al que están acogidos la que gane tendrá que subrogar al personal de Eulen. Pero no les da igual que pase el tiempo sin que haya concurso.

“Estamos gastando el paro sin saber qué va a pasar”, sintetiza León. Y el temor a que el final no sea el que más o menos todo el mundo entiende que tiene que ser -un concurso y una empresa ganadora que respete las condiciones de la plantilla- se justifica en que Defensa en dos meses ha aprendido a prescindir de Eulen y subcontratar a otras empresas para chapuzas puntuales y reparaciones de antenas o porteros automáticos, cosas que antes hacía Eulen bajo contrato ganado en concurso y que ahora, ante la escasez económica de la prórroga de ese contrato se recurre a gastos extras contratando para cada cosa a una empresa cada vez.

“Que salga el contrato ya. Queremos que salga ya, que son trece padres de familia y la mayoría dependen sólo de este trabajo con dos o tres niños y cargas familiares importantes”, reclama León.