Las soluciones de futuro para la economía de Ceuta que el Gobierno no escuchó

Las soluciones de futuro para la economía de Ceuta que el Gobierno no escuchó

- El Instituto de Estudios Ceutíes abre las Jornadas de Economía reivindicando la necesidad de un Plan Estratégico porque “no sabemos dónde vamos”

-Apuestan por la integración aduanera y una mejor organización de la frontera del Tarajal para acabar con los dos embudos que estrangulan a la ciudad

- José María Campos alerta del "notable deterioro del orden público" y pide una reorganización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado


El Instituto de Estudios Ceutíes abría este martes sus jornadas sobre la economía de Ceuta debatiendo sobre sus problemas presentes y tratando de arrojar luz sobre las escasas oportunidades que le brinda el futuro a la ciudad autónoma, pero nadie del Gobierno y casi nadie de la oposición estaba allí para tomar nota. Sólo Juan Luís Aróstegui (Caballas) y Reduan Mohamed (MDyC) escucharon el análisis. Y no estaban solos. Buena parte del quién es quién de la empresa ceutí abarrotaba la sala de conferencias de la Biblioteca Pública ‘Adolfo Suárez’.

Una charla inaugural de la que se encargó el decano de la sección de Ciencias Sociales del IEC, José María Campos, que, secundado por el ex presidente Basilio Fernández, y el secretario general de la Confederación de Empresarios, Alejandro Ramírez, que ofrecieron una desalentadora radiografía socioeconómica de la ciudad autónoma.

El Presente

Un paisaje que puede resumirse con la imagen del cartel que anuncia estas jornadas: el escudo de Ceuta encadenado, la misma imagen que sirvió para anunciar estas mismas jornadas del año 2000. “Es el mismo cartel que hace 16 años porque no ha cambiado nada, la única novedad en estos años, lo único nuevo, es el turismo que ahora viene de Marruecos”, añade Campos.

El resto de los problemas diagnosticados a principios de siglo siguen ahí, inamovibles, impertérritos: la frontera enquistada en un atasco, las laberínticas aduanas, “que son hasta difíciles de explicar”, un IPSI “desfasado”, unas Reglas de Origen desperdiciadas que “hay que reflotar” y una integración aduanera eternamente aplazada que “hay que replantear”; un sector público mastodóntico que supone el 50,3 por ciento del PIB (en el resto del país la media ronda el 16 por ciento) y un sector privado raquítico sin potencial de crecimiento y sin capacidad para crear empleo; altísimos niveles de desempleo con una población activa sin formación, y un empleo cualificado que ha de hacer las maletas para buscar una oportunidad sino quiere o no puede hacer oposiciones a la función pública… Un panorama desolador, el que dibujó José María Campos, al que añadió nuevas preocupaciones que acechan en las sombras: “El orden público se está deteriorando notablemente”.

Radiografía que contó con el beneplácito de sus dos compañeros de análisis. Para Basilio Fernández, el último alcalde de Ceuta y su primer presidente, el problema de Ceuta es que “lleva diez años de retraso con el resto del país”. Un ejemplo: los centros comerciales, en su día rechazados por parte de la ciudad cuando se trató de facilitar su implantación, -“poco menos que me crucifican por aquello”, recuerda Fernández- y que ahora son tres en Ceuta con un cuarto en cartera y decenas de franquicias.

Ceuta es refractaria a las nuevas ideas. La web del ya extinto Consejo Económico y Social (CES) recordó quien los presidiera durante 12 años, Basilio Fernández, guarda gigas de información en forma de dictámenes y estudios que ofrecen una detallada imagen de Ceuta a lo largo de los años. Y nadie los hizo caso ni se lo hace ahora. “Ahí hay un informe sobre accesibilidad que nos encargó el CERMI, podrían utilizarlo ahora que han hecho una comisión, y lo mismo con el turismo, hace ya muchísimos años que se habla del turismo pero no se hace nada”, lamenta Basilio Fernández, recordando las decenas de informes encargados para terminar olvidados en un cajón.

Al otro lado de la mesa, Alejandro Ramírez no puede hacer sino asentir, preocupado porque el sector público termine por aplastar a la iniciativa privada, sin apenas peso específico. “Mi sensación es que la economía local se está apagando”, lamenta rogando a las administraciones que apoyen al sector privado para acabar con una economía dependiente.

El Futuro

El futuro pasa por tomar decisiones. Todas a largo plazo. Alguna de ellas difíciles y probablemente dolorosas. La primera, insiste Campos: entrar en la Unión Aduanera. Enterrar para siempre una aduana de Algeciras “incomprensible” en la forma y en el fondo, que igual coarta al empresario que no puede hacer negocios al otro lado del Estrecho al ciudadano de a pie que ya no es que no pueda comprar un triste libro en Amazon sin pagar más que sus conciudadanos, sino que ni tan siquiera puede enviar o recibir paquetes postales de un amigo o un familiar, añade José María Campos.

Decisiones que necesitan un marco de reflexión que mire con perspectiva de futuro. “Ceuta necesita un plan estratégico, como ha hecho Málaga para convertirse en una ciudad de turismo cultural, nosotros no sabemos dónde vamos”. Un plan estratégico, subraya, que ha de abarcar todos los sectores, “un documento para caminar hacia el futuro”.

Y, de camino, labrar una nueva imagen para la Ciudad Autónoma, asociada al yihadismo, el contrabando, o las subvenciones, ciudades sin futuro, dijo Campos parafraseando dos recientes ensayos sobre Ceuta- “Ceuta necesita una empresa de imagen, alguien que responda a estos tópicos”. “Cuando viene alguien de fuera siempre dice ‘No me la imaginaba así’; esa sensación es la que tenemos que transmitir al resto de España”.

La Frontera

Para Alejandro Ramirez, como portavoz de la CECE, el problema es ya asfixiante: “Ceuta está doblemente estrangulada por el Puerto y por la frontera. Cuando un empresario te dice que el otro día vio a un cliente que cada vez que viene se deja 90 o 1.000 euros y que hacía cuatro meses que no venía a Ceuta por la frontera ves que tienes un problema mayor de lo que crees, hay que buscar una solución como sea, nos estamos estrangulando a nosotros mismos”.

Para Campos la frontera no tiene un problema de infraestructuras, sino de organización. “Los porteadores no son el problema, el problema es que tenemos que dar prevalencia al turismo, a los que vienen a Ceuta con su coche a comprar”, apunta insistiendo en que una de las soluciones pasa por reabrir el paso de Benzú, “es incomprensible concentrar todo el tráfico en un paso cuando se tienen dos”.

El Puerto

“El Puerto necesita su propio Plan Estratégico”, insistió Campos, recomendando que la Ciudad y la Autoridad Portuaria se coordinen para “reconocer y reordenar la nueva zona comercial de Cañonero Dato”, el nuevo reclamo turístico de Ceuta.

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