Como cada lunes desde hace ya más de seis meses, un nutrido grupo de trabajadores y, sobre todo, trabajadoras transfronterizas, se han concentrado ante la Delegación de Gobierno para denunciar su situación una semana más. Atrapados en la ciudad autónoma desde el cierre de la frontera, perdida su condición de transfronterizos al no poder regresar a su país, se han visto obligados a elegir entre sus trabajos o poder volver con su familia. Reclaman regularizar su situación atendiendo a su arraigo laboral, en algunos casos más de una década. Pero sus protestas llevan seis meses cayendo en saco roto.

Han recurrido al apoyo de sindicatos como CCOO o CGT, han recabado la atención del Defensor del Pueblo y reclaman el arraigo en Ceuta tras llevar muchos de ellos más de una década cotizando. 

“Estamos cansados, a la espera siempre pero no hay ninguna noticia”, lamenta una semana más la portavoz del colectivo, Rachida Jraifi, “sabemos que son leyes y que lleva mucho tiempo cambiarlas, pero vemos como otras sí se hace rápido, como la reforma del reglamento para favorecer la integración de los ‘mena’,  eso lo han hecho rápido, por qué nosotros no, que nada más que queremos regularizar nuestra situación”.

Rachida ya no tiene fuerzas para volver a explicar su situación, “lo sabéis todos, nos habéis escuchado muchas veces”. “Estamos agotados”, insiste, “no sabemos nada, no nos han contestado nada, son ya dos años de incertidumbre, de dudas, de espera sin saber lo que nos queda”.