Las elecciones sindicales están cerca. Y UGT lo sabe. La organización ha salido este jueves a la palestra varios días después de conocerse que el 'célebre' Stradivarius del paseo del Revellín echará el cierre este próximo verano por culpa de lo que los ugetistas han descrito como "un momento de especial tensión entre dirección y dependientes dentro del gigante textil".

Por descontado, quienes más van a pagar el pato van a ser los trabajadores que el establecimiento tiene en nómina; ocho asalariados sobre los que se cierne una angustiosa incertidumbre que llegará a su cénit el 31 de julio, fecha en la que la tienda bajará la persiana por última vez.

La Federación de Servicios, Movilidad y Consumo del sindicato ha hecho pública -comunicado mediante- su intención de solicitar "la reubicación de todo el personal", así como el mantenimiento de sus condiciones de trabajo allá donde quiera que recalen. "Vamos a luchar para que los empleados consigan nuevas vacantes que se ajusten a sus anteriores contratos y antigüedad sin que tengan que desplazarse a la península", reza el escrito.

Desde UGT, quieren evitar a toda costa que la empresa ofrezca a los trabajadores "contratos de 12 horas y fuera de Ceuta". "No podemos permitir que se reduzcan horas y se impongan más turnos de tarde y de fin de semana", esgrime la entidad, que cree que esos mismos turnos "podrían suponer una menor conciliación de la vida laboral y familiar".

Los sindicalistas tienen claro que, "si las opciones que se van a ofrecer son esas", la coyuntura supondría, en la práctica, "un despido encubierto para obligar a los asalariados a renunciar". La Unión se ha fijado como "prioridad" intentar "conservar los ocho puestos de trabajo", pero avisa: "No a cualquier precio". "El cierre de la tienda se hace para rentabilizar más la empresa, no porque haya pérdidas", concluye el comunicado.