Guerra a los docentes con la burocracia, con las cifras y con la policía

Guerra a los docentes con la burocracia, con las cifras y con la policía
Unas 200 personas secundaron la concentración

- La Policía Local multa al trabajador de la empresa de sonido que había instalado los altavoces para leer el manifiesto por megafonía y Aróstegui acabó indignado discutiendo con los agentes y pidiendo silencio ante la falta de amplificadores

- Delegación asegura que en la mitad de los centros ningún docente realizó huelga, mientras que los sindicatos mantienen cifras cercanas al 80 por ciento de seguimiento

- FAMPA y Junta de Personal Docente concretarán este miércoles las posibles acciones legales contra el Ministerio por no decretar servicios mínimos


Todo parecía ir normal, una concentración más a favor de una causa social con escasa participación. Un par de centenares de personas concentradas en la plaza de los Reyes para defender otro modelo de educación: más aulas, más profesores, más medios, más libertad para enseñar a los alumnos y menos obligaciones burocrático administrativas con las que la Dirección Provincial del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD) está cargado a los docentes en los últimos tiempos. Lo de siempre hasta que apareció la Policía Local en escena.

La cuestión parece ser un aviso, una especie de preludio a la función que se pueda representar este miércoles a partir de las 22 horas cuando comenzarán sus actos los diversos movimientos sociales para comenzar a conmemorar el Día del Trabajador. La Policía Local multó al empleado de la empresa de sonido que la organización había contratado para que la lectura del manifiesto se pudiera escuchar en la plaza a través de dos altavoces –también lo de siempre, sino fuera por la multa-; esgrimieron los agentes que no había autorización para megafonía.

A Aróstegui y los suyos les creció la indignación en lo que entendieron de la única manera posible, un atropello a su libertad de reivindicación pública de una educación pública recortada.

Así, en un abrir y cerrar de ojos la cuestión dejó de ser el problema educativo, la falta de profesores, de aulas, de medios, de dignidad para ser la falta de capacidad de protesta.

el secretario general de Comisiones Obreras y presidente de la Junta de Personal Docente, bregado como pocos en la lucha, las concentraciones y las reivindicaciones le exponía indignado a los agentes de la local, con el Jefe de la Unidad de la Policía Nacional de testigo su punto de vista: “¡Me ponéis la multa a mí, que me da igual, leemos el manifiesto y nos vamos, pero no multéis a un pobre trabajador que viene aquí a montar un altavoz con un micro por cuatro duros! ¡Eso es de cobardes! Yo os reto a que si tenéis valor me subo con vosotros en el coche y de aquí a la plaza de África os indico diez infracciones a ver si las denunciáis!”, le echó en cara Aróstegui a los municipales.

Dejó hacer la Policía Nacional a partir de ese instante para no enervar más a los concentrados, demostrando una gran profesionalidad y templando gaitas mediante el diálogo.

La prohibición hizo subir la temperatura de los concentrados que gritaron más fuerte que en ninguna otra ocasión.

Sin Servicios Mínimos

Más allá de la concentración, desde la Delegación del Gobierno y desde el Ministerio se sigue sin ofrecer una explicación razonable a la falta de decreto de Servicios Mínimos de cara a la huelga realizada a la entrada de los centros en la mañana del martes. En declaraciones a otros medios –ceutaldia.com solicitó una explicación el lunes a la Delegación del Gobierno sin recibir aún hoy respuesta-, el director provincial, Cecilio Gómez, arguyó la previsión de que la huelga no iba a ser secundada y no iba a haber problemas para la entrada normal a los centros.

El argumento no convence a los sindicatos, ni tampoco a la FAMPA, desde UGT, Francisco Lobato explicaba que los docentes no avisan si van a acudir a la huelga o no en días previos, ni rellenan ningún formulario, con lo que parece imposible saber cuál es la previsión de seguimiento. La FAMPA está convencida de que se infringió la legalidad y se hizo dejación de funciones y los docentes tienen una reunión este miércoles para estudiar sin acudir al juzgado o no. Después del número de la Policía Local, todo a punta a que a nada que los servicios jurídicos digan que hay caso, se denunciará. "Yo nunca, en toda mi vida, he vidido una cosa igual", resumía Antonio Lobato de la UGT.

Guerra de cifras

Y luego, la tradicional guerra de cifras, los sindicatos acercan el seguimiento al 80 por ciento, algo menos del 75 real, pero con el extraño caso del Mare Nostrum en el que de 41 docentes, sólo fueron 3 a la huelga. Otros centros como el Puertas del Campo secundaron el paro al cien por cien aprovechando la ausencia de Servicios Mínimos.

Desde Delegación ofrecieron dos datos: el primero situaba el seguimiento de la huelga por debajo del 15 por ciento y el segundo por debajo del 20 por ciento. Según Delegación del total de 1.411 profesores, sólo 273 fueron a la huelga. Los docentes le retan a la administración a hacer el desglose centro por centro y cruzarlo con sus datos.

Según Delegación en su primera estimación en 23 de los 34 centros nadie había ido a la huelga, según su segunda estimación en 17 de los 34 ningún docente secundó el paro.

La enorme diferencia podría tener una explicación más allá de la tradicional discrepancia en los números, y es que en los centros de secundario por los horarios y los turnos, no todos los docentes entraban a las 8.30 de la mañana, a algunos por su horario les era imposible secundar el paro.

Guerra a los docentes con la burocracia, con las cifras y con la policía


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