Ante una situación que va "de mal en peor", la Junta de Personal Docente No Universitario ha entregado este miércoles en la Delegación del Gobierno con el respaldo de las firmas de más de mil maestros y profesores un escrito como el que ya habían rubricado los directores de os 25 centros educativos de la ciudad autónoma para pedir al ministro José Ignacio Wert que cambie el rumbo de su política.

Los representantes del colectivo han alertado en la institución de la Plaza de los Reyes (a sus compañeros que llevaban pequeñas pancartas no se les ha permitido acceder al inmueble) de que la situación de la Educación en Ceuta ha alcanzado un punto de no retorno de "deserción absoluta" en la que sus máximos responsables, en la Dirección Provincial y en los Servicios Centrales, "ni saben ni hacen nada".

"Cuando se llega al límite de que nada importa nos encontramos en la decadencia total, que es donde estamos ahora, aunque el próximo curso se multiplicarán los problemas ante la falta de planes para disponer de más espacios escolares por muy publicitada que haya sido su ampliación", ha lamentado el presidente de la Junta, Juan Luis Aróstegui, que nada sabe del traslado del IES Puertas del Campo que dirige a la antigua Facultad de El Morro, por ejemplo.

El órgano de representación de los docentes sigue esperando que el Ministerio le responda a su solicitud de entrevista con los responsables de Madrid y ha hecho un llamamiento a la solidaridad ciudadana. "Si queda algo de sensibilidad social en esta ciudad", ha pedido Aróstegui, "que se incorpore a esta lucha en la que nos jugamos el futuro de nuestra ciudad porque es sorprendente que a nadie parezca importarle el pronunciamiento de más de mil docentes y de todos los directores de centros públicos".

En su misiva el colectivo pide al ministro que la Administración "deje trabajar" a los maestros y profesores y que corrija "el desenfocado funcionamiento de la Administración que dirige, que a nuestro juicio perjudica significativamente la calidad de la enseñanza".

La causa inmediata de la protesta docente es la "multiplicación exponencial" de las tareas administrativas encomendadas a maestros y profesores, que añade "un mayor grado de dificultad a una realidad educativa ya de por sí extraordinariamente compleja".

La atención a las familias, el desarrollo de los programas educativos y, "sobre todo", los compromisos derivados de los Planes de Mejora, conllevan una carga de trabajo administrativa "que a duras penas se puede desarrollar en la jornada laboral del profesorado". "La conclusión de todo lo expuesto" es "que los claustros están trabajando bajo una enorme presión de efectos muy perniciosos en el ámbito pedagógico" y que los profesores "tienen la percepción de que tanto esfuerzo sólo sirve para rellenar las papeleras del Ministerio".