Este sábado es 2 de mayo y, más allá de la obviedad en el calendario, tocaría la celebración en honor a la gesta de aquel lejano 2 de mayo de 1808 en el que España se la jugaba contra las tropas de Napoleón. No habrá homenaje como otros años en la plaza del Teniente Ruiz ni se recordará del mismo modo a los héroes, capitantes de artillería Daóiz y Velarde, pero la efeméride sigue sirviendo de cumpleaños al Regimiento Mixto de Artillería Número 30, que este 2020 cumpliría 310 años, así lo ha recordado la Comandancia General de Ceuta a través de un comunicado.

En el mismo, la Comandancia aprovecha para remarcar que la celebración queda aparcada por la pandemia y de paso recuerda la entrega en el marco de la operación Balmis en apoyo de la lucha contra el COVID-19. Montaje de literas en el polideportivo Santa Amelia, patrullas en vías públicas y tareas de desinfección en diversas instalaciones.

La Comandancia General recuerda que la Artillería en Ceuta podría ser considerada como uno de los elementos vertebradores de su historia desde que en 1415 Pedro de Meneses fuera nombrado primer gobernador de la ciudad, tras la conquista portuguesa de la plaza. Aún así, los orígenes de ese Regimiento Mixto de Artillería Número 30 están en la ordenanza que promulgó Felipe V el  2 de mayo de 1710 para crear el Regimiento Real de Artillería. Un regimiento que contó desde el inicio con tres batallones, quedando encuadrada en el tercero de ellos (asignado a Andalucía) la Artillería de Ceuta, formada entonces por dos compañías, una de artilleros y otra de minadores.

La historia del RAMIX 30 arranca ahí y desde entonces se ha ido forjando una leyenda de heroísmo y sacrificio estrechamente relacionada con la historia de España.

Hoy, el RAMIX30 está encuadrado dentro de la Comandancia General de Ceuta sigue “leal como siempre al firme compromiso con su misión principal, es una unidad moderna, inmersa en un proceso de continua adaptación en cuanto a sus materiales, procedimientos de actuación y estilo de mando, a todos los niveles, para anticiparse a las cambiantes circunstancias del entorno y actuar con eficacia ante la incertidumbre que se deriva de la velocidad en que hoy día se suceden los acontecimientos”.

La Comandancia destaca su carácter expedicionario en los asentamientos ocupados en el Norte de África, como en su participación en operaciones y conflictos en otras regiones geográficas materializadas por algunos componentes del regimiento en la guerra de Filipinas de 1898 o más recientemente en distintos escenarios tales como Bosnia, Kosovo, Congo, Afganistán, Mali o Irak.

Este dos de mayo también se conmemora la gesta del teniente Jacinto Ruíz y Mendoza y la Comandancia ha querido repasar sus méritos a pesar de no poder realizar el tradicional homenaje por el confinamiento.

Así la Comandancia recuerda que fue ese famoso 2 de mayo de 1808 en plena Guerra por la Independencia contra el ejército francés comandado por Napoleón cuando Jacinto Ruiz forjó su inmortalidad en la historia.

Había nacido en Ceuta en 1779, bautizado en la Iglesia de los Remedios sentó plaza en 1795 en el regimiento de su padre y abuela, el Fijo de Ceuta, encontrándose el dos de mayo de 1808 en Madrid en calidad de teniente encuadrado en el Regimiento de Voluntarios del Estado.

Jacinto Ruíz estaba con fiebre pero acude al Parque de Monteleón con la Tercera Compañía del segundo Batallón de su Unidad para reforzar la seguridad y a instancias del capitán Velarde.

Entre los dos abrieron las puertas del Parque de Artillería, desarmaron a la guarnición francesa y contuvieron los sucesivos ataques franceses hasta que ambos sucumbieron ante la superioridad del enemigo.

Jacinto Ruíz fue evacuado herido de gravedad, pero salvó la vida y siguió en la batalla, se incorporó al Regimiento de Extremadura. Allí falleció en la ciudad de Trujilo en marzo de 1809.

Todos esos méritos le valieron el busto que preside la plaza en su honor en Cueta que data de 1892 y el tradicional homenaje que se le realiza cada 2 de mayo.