El Motoclub A1 Rueda ha salido este domingo a la calle para reivindicar, un año más, las mismas mejoras en las carreteras locales para garantizar la seguridad de los motociclistas locales. Lo hace sumándose a la iniciativa que ha lanzado en casi una treintena de ciudades de todo el país la Asociación IMU, pero también para quejarse de las mismas deficiencias que ya han puesto sobre la mesa en años anteriores y que estiman pueden estar detrás del 50 por ciento de los accidentes que se producen en la ciudad.

“Exigimos que se cumplan nuestros derechos, nada excepcional, simplemente el cumplimiento de la ley por parte de las autoridades. Se busca la seguridad, somos un sector bastante voluminoso para que nos tengan discriminados”, ha explicado a los medios el presidente del motoclub, Luis Miguel Vivo.

Esas deficiencias son los agujeros y fallas en el pavimento a lo largo y ancho de toda la ciudad, la mala señalización de las marcas viales y la pintura de las mismas con pintura excesivamente resbaladiza así como la inexistencia de guarda raíles adecuados.

Año tras año las mismsas reivindicaciones sin que las autoridades hayan actuado al respecto: “No hay mejoras. Continuamos con una pésima calidad de asfaltado, las marcas de señalización de las vías públicas siguen resbalando exactamente igual y lo único que hacen cada vez que repintan es aumentar más el pronunciamiento y la inestabilidad de nuestros vehículos. Pocas o ninguna mejora, simplemente un pequeño tramo en García Aldave que han puesto unos guarda raíles”, ha explicado Vivo.

Puntos negros, “todos”, señala el presidente de los moteros. Y es que según su visión no hay una sola calle o vía pública en Ceuta que no presente agujeros o fallas en el pavimento, además de esa pintura en exceso resbaladiza que en otras ciudades ya se han ofrecido soluciones aceptables.

Las autoridades lo saben, según Vivo, no sólo por las reivindicaciones del colectivo, sino porque cada vez que hay un accidente y sus causas están relacionadas con el mal estado de la carretera el atestado que se hace lo recoge. Según Vivo, aproximadamente el 50 por ciento de los accidentes de tráfico en la ciudad están relacionados de algún modo con ese mal estado del pavimento, aunque reconoce que el dato es aproximado porque no tienen datos al respecto, pero “rara es la semana que no haya un accidente”, avisa.

Y así, pone como ejemplo el agujero con solera en el final de la Marina cerca del antiguo hospital, que ha generado accidentes y sigue exactamente igual que siempre.

Vivo también ha combatido contra el estigma de que los moteros van a lo loco, recordando que “descabezados los hay en 2 ruedas, en 4 y andando” y que la mayoría de personas que usan una moto, lo hacen como medio de transporte habitual y lo que quieren es llegar sanos y salvos a su casa y que el vehículo les dé servicio como cualquier otro.

En la reivindicación en todo el país, a las características locales, se suman otras reivindicaciones como que “la DGT deje de acosar a los ciudadanos motociclistas tratando de imponer medidas de lastre al uso de las motocicletas, dificultando el acceso a nuestro medio de movilidad personal”.

También que se garantice el cumplimiento de la Ley en lo que a conservación de las carreteras se refiere, mejoras en la investigación de los siniestros, precisamente para saber con exactitud cuántos están relacionados con el mal estado del pavimento y poder tomar medidas preventivas. Y que eso vaya un poco más allá para que la Fiscalía persiga a quienes teniendo la obligación de procurar ese buen estado de las vías hacen dejación de funciones. 

Y otras de carácter económico, como el reconocimiento de las motos y motocicletas como vehículos de alta eficiencia que les permita acceder a las zonas de bajas emisiones, como la que Ceuta tendrá que implantar por la nueva normativa europea.

O también, la reducción de los impuestos indirectos para los equipos de protección de los motociclistas o la reducción del pago de peajes para motos.

Y otras de carácter más general como el incremento a 130 kilómetros por hora de la velocidad máxima en las autopistas como ya hacen más de 15 países de la Unión Europea.