La consejera de Asuntos Sociales, Rabea Mohamed y el presidente de Cruz Roja Ceuta, José Durán, han suscrito este martes en la sede de la Consejería, en San José-Hadú, el convenio de colaboración para la atención de necesidades básicas de personas en riesgo de exclusión o situación de vulnerabilidad. La Ciudad, mediante la Consejería de Asuntos Sociales, dedica este año 900.000 euros, un 25 % más que en 2014, a este acuerdo, sobre el que se sustenta la concesión de ayudas de urgente necesidad, otras de carácter puntual y otras de emergencia social a familias e individuos que lo necesitan.

El objeto del convenio es contener la precarización de las condiciones de vida de personas en situación de vulnerabilidad mediante la prestación de ayudas que cubran sus necesidades básicas de subsistencia, como son los alimentos, los productos de limpieza e higiene para la unidad familiar; el pago de suministros como el agua y la luz; y el pago de medicamentos prescritos por el médico.

Estas ayudas están dirigidas a personas derivadas por los equipos técnicos de los Servicios Sociales Comunitarios de la Ciudad y, de considerarse necesario, también Cruz Roja puede valorar la entrega de la prestación de alimentos a personas sin previa derivación de aquel Servicio. Además, la institución humanitaria se ocupará del seguimiento de los beneficiarios para valorar la continuidad de las diferentes prestaciones, siempre en coordinación con la Ciudad.

De hecho, en virtud de este convenio, Ciudad y Cruz Roja crean una Comisión Mixta de Seguimiento, que estará presidida por la consejera de Asuntos Sociales e integrada por dos representantes de la Consejería y otros dos de Cruz Roja, además de un secretario y otras personas que las partes estimen oportunas. Este grupo de seguimiento, control y evaluación se reunirá con periodicidad trimestral como mínimo.

Por lo demás, el convenio contempla también la posibilidad de hacer talleres sobre economía, ahorro doméstico y apoyo individual y grupal para amortiguar los efectos que la situación de vulnerabilidad produce en la salud emocional del beneficiario; y, de igual manera, ampara la realización de itinerarios laborales para familias con todos los miembros en paro.