“Soldados habéis cumplido con vuestra misión y os merecéis un descanso”, ha gritado solemne un mando a un pelotón en formación tras el ya habitual ritual de besos y abrazos este jueves en la explanada de la Estación Marítima. Otro centenar de soldados han llegado a casa. Casi todo el Libre Hidalgo XVI ya está en sus hogares, haciendo vida normal con su familia e iniciando el proceso de readaptación después de cinco meses de misión en el Líbano.

Este jueves, como el lunes, como la pasada semana y como mañana. Los familiares han esperado con tensión y entusiasmo ver y tocar el rostro y los cuerpos de quienes han entregado cinco meses de su vida en el otro confín del Mediterráneo para cumplir con su patria.

A su llegada, el ambiente se ha cargado de besos, abrazos, mimos y miradas cómplices llenas de amor y de emoción. Es el dulce regreso al hogar del soldado. Merecido, como merecido es el permiso del que disfrutarán ahora. Unas vacaciones que ya las quisiera para sí un maestro.

Hoy como el lunes y como seguro mañana. Los elegidos para hablar con los medios de comunicación ponían en valor su experiencia. “A mí personalmente me ha aportado mucho, conocer circunstancias que se viven allí. La parte personal de todas las familias que están allí, las circunstancias que están sufriendo. Sí he notado que agradecen mucho que estemos allí. Agradecen mucho y lo hacen aportando lo poco o mucho que tengan, siempre te lo ofrecen: su casa, su familia, todo”, ha relatado la teniente y psicóloga del contingente, Susana Breña.

La vida en la base, a miles de kilómetros de sus seres queridos ha sido buena. Tal y como ha vuelto a comentar este jueves, Breña, los soldados disfrutaban de horario, de tiempo libre “después de comer, nos juntamos a tomar un café o en la parte deportiva el tiempo que tenemos siempre vas con algún compañero a correr o por la noche después de cenar o los fines de semana, nos reunimos para comer. También esos momentos son importantes para seguir el día a día y para, ya que no tenemos a las familias allí, tener a los compañeros”, ha descrito Breña.

Y sí, es verdad, la familia no estaba, al menos físicamente, porque contacto, como han venido dejando claro todos, ha habido. El teléfono ha estado siempre abierto y el de allí era gratuito. E Internet no sólo estaba en las zonas comunes, también en las habitaciones.

Este viernes arribarán a puerto, también previsiblemente a mediodía el aproximadamente centenar de hombres y mujeres que aún quedan por llegar de la misión, cumplida.

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