Más de medio millar de personas, (400 según fuentes de la Policía Nacional, un millar según cálculos de la organización) la gran mayoría activistas y migrantes llegados de Madrid, Cataluña, País Vasco y Andalucía, han recorrido este sábado los tres kilómetros que separan la Plaza de África de la playa del Tarajal para pedir memoria y justicia para los 15 migrantes que murieron el 6 de febrero de 2014 cuando fueron repelidos con material antidisturbios por la Guardia Civil. “Y seguiremos viniendo a esta playa cada año hasta que se haga justicia”, avisa el manifiesto leído al término de la manifestación.

“Ningún ser humano es legal”, han gritado incansables durante todo el recorrido, exigiendo “fuera vallas de las fronteras” o “no fue un accidente, es un asesinato”, algunos de los eslóganes proclamados durante esta IV Marcha por la Dignidad que ha doblado la asistencia respecto a ediciones anteriores y que ha tardado dos horas en cubrir el recorrido, ocupando desde la Almadraba uno de los carriles de la N-352. La protesta, que ha transcurrido sin incidentes ha estado seguida de cerca por una nutrida presencia de Policía Nacional y Policía Local, a los que se ha unido Guardia Civil en el último tramo ya en los alrededores. Varios agentes vigilaban de cerca también la valla fronteriza desde el otro lado de la verja, separando a policías y manifestantes, muchos de ellos migrantes subsaharianos en una escena poco habitual.

“El 6 de febrero de 2014, quince personas murieron en la Playa del Tarajal. Intentaban llegar a una Europa civilizada, y sin embargo, fueron recibidos con pelotazos de goma cuando luchaban por no ahogarse en el mar. Buscaban otra vida, y encontraron la muerte”, recordaba el manifiesto, pidiendo “memoria, reparación y justicia” para todas las “víctimas de las fronteras y de las políticas migratorias”

Tres años después de aquella mañana del 6 de febrero, quienes promueven esta Marcha por la Dignidad, quieren “mantener encendida la llama de la memoria, queremos mantener viva la exigencia de que se cumpla la legalidad internacional, de que la Declaración Universal de los Derechos Humanos deje de ser papel mojado para constituirse, no sólo retóricamente, en la piedra angular del desarrollo de las normas y procedimientos que deben regir nuestra vida en común”.

 

Europa mata

“Europa mata”, rezaba una de las cuatro pancartas que acompañaban la marcha. Una Europa que “nos avergüenza”: “Una Europa que colabora en el expolio y la violencia que sufren los países del Sur global empobrecido, que obliga a huir a sus habitantes. Cuando lo hacen, levanta vallas y colocan cuchillas a su paso. Una Europa que, lejos de construir un mundo más solidario y democrático, contribuye, cada vez más, a la ruptura de puentes y a la exaltación de la xenofobia, el odio y el racismo de los que se nutren las organizaciones de una extrema derecha que no deja de crecer. Una Europa que mira hacia otro lado ante la tragedia insoportable de un Mediterráneo que ha dejado de ser cuna de la civilización para pasar a convertirse en la mayor fosa común del mundo: más de 5.000 personas han muerto ahogadas sólo en 2016 en el Mare Nostrum. La Europa fortaleza MATA, digámoslo alto y claro”.

Ceuta y Melilla, espacios de 'No Derecho'

Para las organizaciones convocantes las fronteras de Ceuta y Melilla son “espacios de No Derecho, en los que las ilegales devoluciones en caliente (que el Gobierno de Mariano Rajoy considera “rechazo en frontera”) se suceden sin ningún pudor” y “utilizando a Marruecos como socio encargado del “trabajo sucio”, una relación vergonzosa que ha servido de ejemplo para los aberrantes acuerdos de la Unión Europea con Turquía y Afganistán”.

La marcha, convocada por APDH Andalucía, Coordinadora de Barrios de Madrid, Ongi Etorri Errefuxatuak o Tanquem els CIES, a los que se han sumado Unidos Podemos, Caballas, algunos miembros del PSOE de Ceuta y Comisiones Obreras, culminó con la ya habitual suelta de farolillos encendidos volando hacia el cielo sobre el Estrecho, aunque el viento de Poniente.

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