La Ciudad ha comenzado marzo con unos 305 menores extranjeros no acompañados acogidos en sus Centros, casi la mitad de los que albergaban hace un año (590). El cierre de la frontera ha traído consigo una drástica reducción de la presión migratoria infanto-juvenil: desde abril ha ingresado en la red de protección municipal una media de 6 jóvenes al mes (54, un tercio de los que recibió sólo en diciembre de 2019, 158) y cada mes la dejan alrededor de una veintena tras cumplir los 18 años.

Según la previsión de la Consejería de Presidencia, si ambas variables siguieran evolucionando igual a lo largo de 2021, este ejercicio se cerraría con 189 tutelados, un nivel desconocido desde hace al menos dos años.

Justo antes de la imposición del confinamiento se alcanzaron los niveles más altos de ocupación media de los Centros de la Administración local, con 590 en marzo de 2020. En los meses anteriores el número de ingresos se había disparado hasta 158 en diciembre de 2019 y 122 en enero de 2020.

El último mes completo con la frontera operativa accedieron a Ceuta y entraron en alguno de los equipamientos que gestiona la Ciudad 73 jóvenes foráneos. En marzo, cuando el paso fronterizo sólo estuvo trece días abierto, la cifra cayó hasta 19, número que no se ha vuelto a alcanzar salvo en septiembre pasado (20).

En abril y mayo no se registró ningún nuevo ingreso, solamente uno en junio, tres en julio y cinco en agosto. En octubre fueron nueve, doce en noviembre y 4 en diciembre, lo que arroja una media de seis cada mes desde el cierre de la frontera.

La Administración local se vio obligada durante el primer estado de alarma a habilitar un albergue provisional en Piniers que espera clausurar definitivamente a mediados de este mes, una vez que ACC complete los trabajos de reforma y adecuación del semisótano de 'La Esperanza', donde se van a crear espacios para acoger a 80 menores más.

En paralelo, el departamento que dirige Mabel Deu ha vuelto a pedir al Ministerio de Sanidad colaboración para financiar con ayuda del Estado la construcción de un Centro de Menores “con capacidad de acogida dimensionada a la ciudad autónoma tanto en dimensiones como en población en comparación con el resto del país”.

El Ejecutivo local dispone desde hace años de un proyecto para una parcela municipal ubicada en la carretera de García Aldave-Benzú que estaría integrado por varios edificios y módulos de habitaciones con capacidad para unos 220 menores varones y para 24 chicas. La duración aproximada de las obras se calcula en “un año” y el presupuesto para acometerlas sin costes de equipamiento rondaría los siete millones.

En este tiempo y a falta de respuesta del Gobierno de la Nación también se han explorado otras posibilidades como la de la colaboración público-privada, tanto limitada a la construcción de la infraestructura como incluyendo la gestión de la misma.