El comandante general de Ceuta desde hace algo más de dos años, José Manuel Sanz Román, ha pasado este jueves a primera hora de la mañana por el Palacio autonómico para firmar en su Libro de Honor y, junto a su esposa, despedirse de la ciudad institucionalmente antes de hacerlo (11.30 horas) de la tropa en el acuartelamiento 'García Aldave' y pasar a la Reserva si los mandos no atienden su petición de seguir al pie del cañón.

El militar ha dejado negro sobre blanco sus sentimientos de "honor y privilegio" y su agradecimiento con el vivo deseo de que las "estrechas relaciones" entre el Ejército y la plaza "se mantengan cada vez más fuertes" en beneficio "del pueblo de Ceuta".

Sanz se va con "tristeza" pero también con la "satisfacción del deber cumplido" camino de Tres Cantos, en Madrid, donde su familia tiene su hogar, pero dispuesto a ocupar cualquier vacante que se le asigne a sus 60 años para no desaprovechar su capacidad y experiencia, la "ilusión" que conserva como cuando era cadete pese a los "años y kilos" acumulados.

El presidente en funciones de la Ciudad, Juan Vivas, le ha dicho "hasta siempre" reconociendo la "huella imborrable" que deja en Ceuta una pareja de "buenos caballas" que han sabido y se han empeñado en "querer y defender a Ceuta, una de las mejores maneras de querer y defender a España".

Durante sus alocuciones ante un buen número de integrantes del Ejecutivo local y un puñado de mandos castrenses, Vivas ha elogiado la "prudencia, ecuanimidad y firmeza sin estridencias" que ha exhibido Sanz Román en su desempeño y el general de división ha subrayado lo "importante" que sigue siendo la misión de los militares en "una de las fronteras terrestres norteafricanas de España".

El político también ha alabado su "alto sentido del honor, la disciplina y la lealtad" de un "patriota con mayúsculas" que "personifica ls virtudes del buen soldado". De su esposa ha glosado que se trata de una persona caracterizada por su "sensatez, discreción, cordialidad, buen gusto y saber estar".