La humedad cala en el ambiente de una noche tranquila. La frontera es un páramo poco antes de la 1 de la madrugada y un puñado de agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional se han movilizado para atender la repatriación de otros 37 marroquíes a través del pasillo humanitario habilitado por Marruecos.  La operación esta madrugada del lunes se saldó con éxito, entre buen humor, y sin incidentes, después del sainete de la madrugada anterior.

37 marroquíes han podido regresar a su país. Ahora les espera un hotel para pasar una cuarentena de 14 días. En su mayoría personas de alojadas en domicilios particulares o por la Mezquita de Sidi Embarek.

Han ido llegando a la frontera por sus propios medios, la mayoría a pie, cargados con sus maletas. Entre los repatriados dos bebés, uno recién nacido y abundancia de mujeres. También el hombre que la madrugada anterior se había quedado a un metro de su país y había encajado mal la “broma”.

Esta vez el ambiente era relajado. Lejos de la tensión por la aglomeración vivida la noche antes en el entorno de la Libertad. “La collares”, saluda una de los agentes a la mujer que vende habitualmente los abalorios en la Estación Marítima. “¿Ahora te vas a ir que viene la temporada alta?”, le bromea. La mujer se ríe.

Lo que debería haber sido ayer era hoy. La sonrisa de alivio, con un poco de nervios, por regresar a casa después de no haber podido hacerlo durante dos meses.

Todo ha sido rápido, sorpresivo casi. Sobre las once de la noche las autoridades españolas después de negociaciones telefónicas y ya con el visto bueno de Marruecos para 40 personas concretas han comenzado a contactar con las afortunadas que esta madrugada de domingo a lunes han podido regresar a su país. La instrucción era acudir a la frontera. Y poco a poco en un goteo constante desde la una han ido apareciendo por la carretera con sus maletas las 37 personas afortunadas.

En la puerta de la frontera, dos agentes de la Policía Nacional las esperaban lista en mano para ir tachando a las que iban pasando. Otros agentes les acompañaban a través del corredor fronterizo hasta el límite con Marruecos.

Delegación ha trasladado lo mismo que un día antes que las autoridades del país vecino están receptivas y que las negociaciones que está llevando la propia delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, parecen estar arrojando frutos y que el goteo de repatriaciones proseguirá en las próximas jornadas.

La noticia de la repatriación ha congregado a algunas personas que han intentado llegar hasta la frontera. Sin éxito. La Policía Nacional había montado un primer control en la rotonda de la carretera nacional al hospital para frenar en seco a todo aquel que no estuviera en el listado de admitidos. Sobre la una y media de la mañana un par de decenas de personas se amontonaban en ese punto, pero aún así reinaba la tranquilidad. La repatriación esta vez fue sin incidentes.