Hoy no es un día cualquiera; hoy, 3 de septiembre de 2024, la archiconocida 'Asociación Elín' está de celebración. La entidad, que acostumbra a presentarse a sí misma como "un oasis de inclusión, convivencia y relaciones interculturales", ha cumplido este caluroso martes un cuarto de siglo de memorable vida. Parece evidente, por tanto, que el de hoy "es un día muy especial".
Así como la que nos ocupa no es una fecha cualquiera, Elín tampoco es una asociación cualquiera: hablamos, por si no lo sabías, de la organización que está detrás de esa 'Marcha por la dignidad' surgida al hilo del incidente que le costó la vida a catorce personas hace ahora diez años en El Tarajal, catorce seres humanos que, a principios de 2014, perecieron a orillas de nuestras costas mientras perseguían un sueño: una vida mejor.
Está claro que uno no cumple veinticinco años todos los días. Plena sabedora de la importancia que entraña tan señalada efeméride, la cúpula de Elín ha considerado oportuno celebrar el aniversario de su episodio fundacional como la sola ocasión lo merecía: con una fiesta, una en la que, claro está, estaban llamados a tomar parte los usuarios de la entidad.
El evento ha transcurrido al completo en la sede de la propia asociación. Nada más acceder al salón principal de la misma, un '25' gigante (inequívoco) hecho de plástico y relleno de helio daba la bienvenida al invitado de turno. Junto a él, hacía lo propio Paula Domingo, una trabajadora social a la que Internet presenta como "carmelita de la Caridad Vedruna y trabajadora social".
Natural de Madrid, Paula lleva en Ceuta desde que Elín echó a andar. Es, de hecho, su actual coordinadora. Lleva desde 1999 "sensibilizando sobre la riqueza de la inmigración" y, sobre todo, "defendiendo los derechos de las personas migrantes". Lo de hoy ha sido cosa suya y nada más que suya; quería "compartir la alegría de llevar veinticinco años acogiendo a gente en igualdad".
"Música, comida y fiesta": esa ha sido la propuesta con la que Domingo y el resto del equipo directivo de la organización han logrado seducir a un buen puñado de usuarios. A los de nueva hornada, la cita les ha valido su presentación formal ante sus semejantes. A pesar de que todo parecía indicar que la barrera idiomática sería, justamente, una barrera, al final, los presentes han logrado resolver la papeleta con ayuda de Google y su potente traductor.
Era inevitable: tras dos décadas y media a pleno rendimiento, Paula y los suyos han echado hoy la vista atrás para observar desde la distancia el sendero recorrido hasta la fecha. Aun no habiendo sido un camino de rosas, el balance que hacen desde Elín es "muy, muy positivo". "A mí, me ha ayudado mucho a crecer como persona", reconocía la misma Paula.
Conviene poner de relieve que, desde que la asociación comenzó a operar, sus técnicos han atendido a "más de 15.000 personas". Al igual que el roce hace el cariño, en este caso concreto, "se han creado relaciones de igualdad y crecimiento". "Hemos vivido experiencias muy bonitas", sintetizaba Domingo ante la prensa.
Casi todo ha sido bueno. Casi todo, pero no todo. Si tiene que poner un 'pero', Paula se queda con el hecho de que, en todo este tiempo, no se hayan dispuesto "más recursos" ni ofrecido a los migrantes "una acogida más digna". A la ciudadanía caballa, un mensaje: "Ceuta es frontera".