FUERA DE PLAZO

Un juzgado entre cucarachas y aguas fecales a la espera de la nueva sede en el Banco de España

Antigua sede del Banco de España
photo_camera Antigua sede del Banco de España

Los trabajadores del Juzgado de lo Contencioso Administrativo denuncian por enésima vez las condiciones de humedad y filtraciones de su lugar de trabajo, mientras esperan su traslado a la nueva sede judicial en la plaza de España, cuyas obras deberían haber finbalizado ya hace dos meses.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, prometió en su visita a Ceuta la pasada primavera que la nueva sede de los juzgados (de alguno) estaría lista en noviembre. Dos meses después, la antiguas sede del Banco de España, junto a Correos, sigue en obras y acumula ya dos meses de retraso respecto al plazo de entrega. Mientras, algunos de los “agraciados” para mudarse a las nuevas instalaciones, los funcionarios de Justicia de los juzgados de lo Contencioso Administrativo y de Vigilancia Penitenciaria, esperan resignados en unas oficinas desconchadas, con cucarachas, incluso ratas y con el rastro de filtraciones de aguas fecales en las paredes.

Lo han denunciado tantas veces que los funcionarios del Contencioso se lo toman a broma. “Aquí está mi plantación de champiñones”, muestra irónico un trabajador de los juzgados señalando la columna que oculta el bajante de las aguas fecales del edificio, desconchado, con desagradables manchas oscuras y justo al lado de su puesto de trabajo.  Una clara vulneración de la salud laboral, apunta. A lo que hay que sumar las cucarachas, “cada vez más”, por lo que tienen selladas las cajas de registro del agua, por cuyos resquicios se cuelan los insectos. “Hasta ratas”, aseguran, apuntando al patio de luces del edificio.

Una situación que vienen denunciando desde hace años, de hecho nadie recuerda que el edificio haya estado nunca en condiciones, con el cableado provisional, lleno de filtraciones y humedades. “Y este es un edificio de atención al público”, recuerdan, “y a sala de vistas está igual, alguna vez ha habido que suspender la vista por las filtraciones”, recuerdan.

Y para más Inri, no pueden utilizarse ni la calefacción ni el aire acondicionado. El juzgado de lo Contencioso Administrativo es helador y húmedo en invierno y un infierno en verano. “los conductos no están saneados y si se pone la calefacción o el aire el olor es insoportable”, explican.

Lo único que les consuela es que se saben entre los elegidos para mudarse a las nuevas instalaciones, que tendrían que estar listas ya desde noviembre pero de las que aún no tienen noticias, aunque confían en que sea más pronto que tarde.  “Aunque el concepto pronto en Justicia son cinco años”, bromean resignados.

Rastro de filtraciones en la sede del Contencioso

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