FIESTAS

Miles de ceutíes se lanzan a las playas a quemar lo malo como marca la tradición de San Juan

Miles de ceutíes se lanzan a las playas a quemar lo malo como marca la tradición de San Juan

San Juan de levante, bochornoso, pegajoso y nublado. Veremos. Ese era uno de los temas de conversación que más se escuchaban esta noche del 23 de junio, en la que como marca la tradición miles de ceutíes abarrotaron las playas del centro para quemar en el fuego lo malo y de paso pedir deseos de bonanza en todos los sentidos y darse un chapuzón nocturno refrescante. Disfrutar de los fuegos artificiales y departir con los amigos y familiares.

Así lo hizo también el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, que en la parte del “fuego purificador” optó por subirse a la ola y manifestó que “si tuviéramos que quemar algo, quemaríamos la violencia machista, la violencia de género, en cualquiera de sus manifestaciones. Es demasiado frecuente. Al fuego con ella”. Vivas no dejó pasar la ocasión para felicitar a juanes y juanas en su santo. Y deseó que “a todo el mundo le vaya mejor; que se solucionen los problemas; que la enfermedad se convierta en salud; que la soledad se convierta en consuelo y que cunda el ánimo, el optimismo y la ilusión y, si es necesario, como el Ave Fénix saliendo de las cenizas del desencanto, el pesimismo o la desilusión”.

Vivas deseo a los ceutíes “un verano satisfactorio, agradecido y disfrutando porque el verano en cualquier sitio es una maravilla, en Ceuta es una gloria, aunque vaya hacer levante –sí, él también-, que pasemos un verano disfrutando del paseo, de las playas, de las terrazas y de la gente que es lo más importante que tenemos en el mundo”. Por cierto, que la semana que viene es de poniente, según la previsión.

La fiesta, fuegos artificiales y hoguera oficial incluida, parece haber sido tomada por la chavalería. Los ‘millennials’ parecen haber conquistado la celebración. Aprovecharon los años atrás cuando a los que tenían que trabajar al día siguiente cuando San Juan caía entre semana se les hacía más cuesta arriba desparramarse en la playa por el cansancio al día siguiente y parecen haberse apropiado de la fiesta, incluso un día como hoy, que al ser sábado permitía una mayor mezcolanza generacional en los arenales. No lo pareció.

Abundaba, más en la Rivera, que en el Chorrillo, los corrillos de botellón adolescente, las guitarras, los cajones y los coros con palmas, aunque también los bafles. Las pipas y los modelos de playa pensados para lucir el palmito envidiable de la juventud que se cree eterna, más aún en la noche más corta del año. En el Chorrillo ambiente más familiar. Y una alarmante falta de pequeñas hogueras que purifiquen lo malo y hagan entrar sin mochila negativa en el verano. Incluso la oficial fue sofocada por los Bomberos antes incluso de que resonara el último petardazo de los fuegos.

La noche será corta en tiempo, pero larga para los operarios de la limpieza. Van a tener trabajo de sobra. Si una tarde de playa cualquier el incivismo alumbra un reguero de residuos tirados sobre la arena, la de este San Juan ya prometía a la una de la mañana una playa convertida en un gran cubo de basura, como si no hubiera contenderos cada 50 metros.

Miles de ceutíes se lanzan a las playas a quemar lo malo como marca la tradición de San Juan


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