El Consejo de Ministros de este viernes ha aprobado una gasto por la vía de urgencia para actuar y reforzar las medidas de obstáculo para los inmigrantes en los perímetros fronterizos de Ceuta y de Melilla. En total 2,1 millones de euros, de los que llegarán a ceuta cerca de 800.000 euros, unos 790.000.

Tanto aquí como en Melilla la apuesta de Moncloa son las denominadas mallas antitrepa, una especie de red metálica en la que parece imposible, por el momento, introducir las manos para propulsarse hacia arriba. En Melilla se actuará en 15 kilómetros para la instalación de estas vallas, en Ceuta se extenderán por todo el perímetro, pero de manera discontínua tanto en las vallas interior como exterior.

Así mientras en Ceuta 8 kilómetros (7.450 metros) de esa malla costarán 286.200 euros, en Melilla casi el doble costará unas cuatro veces más 1.252.800 euros.

La inversión más importante en Ceuta se la va a llevar el Puente El Tarajal, el conocido como arroyo de las Bombas que utilizaron los inmigrantes para circular casi por debajo de la frontera durante el intento de entrada del trágico 6 de febrero. Allí se van a instalar rejas hidráulicas bajo el puente. Esa infraestructura está presupuesta en 500.500 euros.

Son medidas que según ha explicado la vicepresidenta del Gobierno tras la reunión de los ministros “han aconsejado las fuerzas y cuerpos de seguridad”.

Según ha referido Sáenz de Santamaría el Gobierno de Rajoy trabaja en el refuerzo de las fronteras para evitar más saltos en grupo, sin dejar de lado la presión para buscar una mayor implicación y cooperación por parte de la Unión Europea y la cooperación con los países de origen (sub Sáhara) y de tránsito (Marruecos).

"Lo que debemos hacer es reforzar los principios de máxima legalidad en la entrada y máxima integración en la permanencia, una lucha en el conjunto de la Unión Europea contra las mafias y desde luego, en esa cooperación internacional que el presidente del Gobierno en todos los consejos europeos ha planteado", ha explicado la vicepresidenta.

Queda por ver ahora, cuánto tardan los inmigrantes en encontrar el modo de sortear esta nueva trampa.