La plantilla de Trace sigue en la trinchera y ni el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, que a última hora de la mañana se ha desplazado hasta Benzú para recordar a los trabajadores que siempre ha "apostado" por la mejora de sus condiciones laborales y salariales y para pedirles que volviesen al servicio casi como un favor personal, ha conseguido moverla. Al contrario, en asamblea se han reafirmado en su postura.

Fuentes sindicales han indicado que el líder del Ejecutivo local se ha comprometido a hacer todo lo posible por resolver los recurrentes problemas que genera desde hace un año el pago con retraso de las nóminas y que incluso ha puesto su cargo como fianza de garantía de su palabra.

Teóricamente Trace iba a efectuar este martes a primera hora de la mañan vía Banco de España, para que las transferencias fuesen inmediatas a cualquier entidad financiera, el abono de las nóminas de junio, pero solamente los clientes del Banco Santander, aproximadamente "un 5%" del total de 470 empleados, tiene ya disponibles sus retribuciones del mes pasado.

Los operarios acordaron minutos antes de la medianoche de este martes no salir a trabajar hasta que "todos" hayan cobrado y en esa postura de presión se mantienen. Los contenedores han amanecido este martes atestados de basura. El Gobierno de la Ciudad, que se ha limitado a confirmar el desplazamiento del presidente a Benzú, tampoco ha querido hacer ninguna valoración sobre la evolución de los acontecimientos.

Según la concesionaria, el Ejecutivo arrastraba hasta este lunes tres meses de certificaciones sin pagar (abril, mayo y junio), un total de unos 5 millones de euros. Los sindicatos han afirmado que el consejero de Hacienda, Alberto Gaitán, materializó el abono de una mensualidad este mismo lunes por la tarde. Trace alega que las detracciones de los dos últimos años de peleas con el Gobierno suman otros cinco millones y han agotado el margen de maniobra en descubierto que le concede su póliza de seguro.