La patrulla se colocó a su altura dándole el alto y haciendo señales para que el conductor detuviera su marcha, pese a lo cual hizo caso omiso, acelerando con intención de darse a la fuga y embistiendo al vehículo policial para echarlo fuera de la calzada, aunque sin conseguirlo.
Se inició entonces una persecución que terminó cuando el vehículo policial adelantó al taxi cruzándose en la carretera para interceptarlo, lo que consiguió finalmente procediendo a la detención de sus tres ocupantes, que habían sustraído el taxi intimidando a su conductor esgrimiendo varias armas blancas.