Racistas, antimoros y otros residentes

-La dimisión de Carolina Pérez tras sus palabras en el Senado deja sobre la mesa la pregunta de hay o no racismo en Ceuta

-Los comentarios anónimos de los ceutíes en Internet pintan una ciudad no tan multicultural y sí, al menos, un poco racista

-Muchos ceutíes sacan en Internet sus sentimientos íntimos en contra de los musulmanes

-Aróstegui aseguró que existen fundamentos racistas en algunos votos al PP y un lector le contestó: “Yo no soy racista, soy antimoro y por eso voto al Vivas y si estuviera Franco, a Franco, para que tú no salieras ni a la calle”

Casi una semana después de que la consejera de Asuntos Sociales de Vivas dijera en el Senado que los musulmanes no quieren integrarse y que son unos vagos que no quieren trabajar, el presidente del PP ceutí y de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, se sentó ante la prensa para intentar zanjar el asunto . En aquella comparecencia, Vivas aseguró que “la convivencia en Ceuta no la hacen los discursos políticos, sino que es algo cotidiano, diario y anónimo, una apuesta por el respeto y la tolerancia por encima de todo”.

Una frase en la misma línea de la que días más tarde pronunciaría ante medio millar de militantes y simpatizantes del PP en el hotel Parador la Muralla en la celebración de sus diez años al frente del Gobierno. Allí dijo: “La convivencia es algo fundamental para nosotros. Nosotros no nos consideramos los padres de la convivencia. Nosotros no consideramos que la convivencia en Ceuta dependa del Partido Popular. Consideramos que la convivencia no es patrimonio de ninguna formación política. Nosotros consideramos que los protagonistas de la convivencia en Ceuta son los ciudadanos de Ceuta, que los protagonistas son la inmensa mayoría de los ciudadanos que la ejercitan todos los días de manera anónima y sin necesidad de darle publicidad. Es la inmensa mayoría de ciudadanos que quieren vivir en paz, con tranquilidad, y que no quieren que nadie los caliente. Eso son los verdaderos protagonistas de la convivencia en Ceuta”.

Si se escarba un poco más en esa cotidianidad, al margen de los discursos políticos, diaria y, sobre todo, anónima, lo que se encuentra lejos de ser “una apuesta por el respeto y la tolerancia” es más bien todo lo contrario. Los ciudadanos de Ceuta no quieren que nadie les caliente con temas de convivencia, muchos se calientan por sí mismos y lo hacen de forma anónima en Internet. Así, con un simple vistazo a los foros en Internet de diversas páginas a los que se asoman los ceutíes el resultado es desolador para la convivencia. El eco de esos comentarios escritos para ser compartidos en público desde el anonimato pone de manifiesto la intimidad de sentimiento y pensamiento de muchos ceutíes, niega a gritos la tesis expresada por el presidente y aconseja a la clase política ceutí plantearse la convivencia como uno de los asuntos en el que convendría intervenir para mejorarlo.

Carolina Pérez dijo entre otras cosas que “ellos (en referencia a los musulmanes) se mantienen en su sitio y no están por la integración”; que “la mayoría de las mujeres siguen la tradición de su cultura, que es estar en casa, cuidar de los hijos y de las personas mayores. Poco más hacen”; que “se dan de alta como demandantes de empleo para poder cubrir muchas necesidades con prestaciones sociales de las administraciones. Pero no se levantan todos los días y buscan trabajo”. La consejera de Vivas generalizó y se refirió así a toda la comunidad musulmana de Ceuta. Sus declaraciones en el Senado le costaron el puesto, pero muchos ceutíes le dan la razón en los foros de Internet.

“Nada que ya no supiéramos, vaya. La pura verdad”, comentó en la noticia sobre las declaraciones de Pérez en el Senado, en ceutaldia.com, alguien que firmó como LITO-MANO LITO. Y como ese comentario se leen otros muchos “¡¡¡Bravo Carolina!!! Una mujer con dos cojones para decir la verdad y ahora los chupavotos que te llamen racista”. Otro lector más en la misma línea: “La verdad en su inmensa mayoría. Carolina ha sido valiente”.

Mensajes de apoyo a Carolina Pérez en los que se le da la razón hay muchos más, pero no son los más extremistas desde el punto de vista de la convivencia, otros, incluso reprochan a la consejera que se quedara corta y a Vivas su actitud al provocar su dimisión.

“Carolina te has pasado todo el mandato dándole ayudas, casas, empleo, etc. A los musulmanes y ahora te pegas el pegote…”, apostilló un lector de ceutaldia.com. Cuando Vivas salió para zanjar el asunto, en ceutaldia.com se pudo leer el siguiente comentario de otro lector: “Lo que tiene que hacer Juan Vivas es ponerla de nuevo como consejera de Asuntos Sociales y dejarnos de tonterías en esta Ceuta”.

Comentarios como estos en Internet, que se cuentan por centenares, pasan desapercibidos para el Gobierno de Vivas que mantiene su discurso de multiculturalidad y convivencia y hace oídos sordos a lo que se escucha, dice y se lee a pie de calle; frases que llevan la contraria a esa tesis. La oposición parece más receptiva a reconocer que la realidad no es un jardín del Edén en dónde todo el mundo se lleva bien y se comprende. El PSOE allá por el mes de noviembre ofreció una rueda de prensa en la que animó “a trabajar para que en lugar de ‘coexistencia’ haya ‘verdadera convivencia en Ceuta”.

Votos y racismo

El colíder de Caballas, Juan Luis Aróstegui, escribió el 20 de enero, antes también del paso de Pérez por el Senado, un polémico artículo de opinión en el que defendía la tesis de que muchos, pero no todos, de los votantes del PP, se decantan por esa opción en las urnas con fundamentos racistas en su decisión. Concretamente, Aróstegui ponía la cifra de 12.000 votantes, los que apostaron por el GIL.

“Que a nadie le quepa la menor duda de que si mañana apareciese un personaje que les garantizara la expulsión de todos los musulmanes de Ceuta, aunque fuera un delincuente antipático y pésimo gestor, se olvidarían de la bonhomía de Vivas, y lo abrazarían efusivamente como desesperados (ya lo hicieron con el GIL en su día)”, decía Aróstegui en su artículo.

Desde otros medios de comunicación pegados al Gobierno y al PP se ha venido atacando esta opinión de Aróstegui que no ha caído nada bien en los votantes populares. Muchos de los comentarios expresados en los foros de forma anónima vienen poco más o menos a darle la razón a Juan Luis Aróstegui.

“Hasta los mismos de escuchar esta palabra, que utiliza este gremio y que tanto le gusta y la palabra no es la de racista, es la de antimoro […] Aróstegui, yo no soy racista, soy antimoro y por eso voto al Vivas y si estuviera Franco a Franco para que tú no salieras ni a la calle”, este comentario lo dejaba un lector de ceutaldia.com en la noticia que recogía la presentación del proyecto de Caballas en el hotel Tryp .

“¿Por qué se enfada todo el mundo si es la verdad? Seguiremos votando a nuestro alcalde porque defiende lo nuestro y al que no le guste ya sabe lo que tiene que hacer”, opinó Manuel sobre las declaraciones de Pérez en el Senado.

“A la mierda con los borregos. Somos racistas, pero nos soportamos. Ceuta es española, borregos. Vivas, si viniera alguien con fuerza política te ibas a enterar”, escribió otra lectora en la noticia que recogía la celebración del primer festivo laboral religioso no católico en España desde 1492 , la fiesta del sacrificio en noviembre pasado. No fue la única que reprochó al Gobierno de Vivas que hubiera cedido la fiesta del día de Ceuta para consagrar la pascua musulmana, y todos lo hacían con parecida contundencia.

Una posible conclusión, en base a estos comentarios, la ofreció otro lector en la noticia en la que Aróstegui se ratificaba en lo dicho en su artículo de opinión: “Y a la vista de muchos de estos comentarios y los proferidos en la noticia de la presentación del programa de Caballas, sólo me queda decir: Juan Luis, te quedaste corto, son más de 12.000”.

Musulmán = marroquí

El día que Ceuta se vistió de fiesta por motivo de la Pascua del Sacrificio , los foros de ceutaldia.com volvieron a arder de comentarios cuya intención no parecía ser la de mostrar la convivencia. Muchos lectores confundieron cultura y religión con nacionalidad, como si todos los españoles tuvieran que ser católicos. Muchos comentarios cuestionaban la españolidad de la mitad de los vecinos de Ceuta.

“¡No entiendo que tenemos que ver nosotros en esta fiesta! Seguro que en Marruecos no celebran ninguna fiesta nuestra!”, comentó una lectora en el perfil de Facebook de ceutaldia.com

“¿Pero hasta dónde vamos a llegar? Empezamos por darle un día de fiesta local y acabarán quedándose con esto!”, comentó otra lectora.

“Me consta que ellos celebraron junto a la fiesta del sacrificio, el triunfo de ver a mi Ceuta paralizada”, comentó otra lectora que continuaba reclamando alguien con más mano dura que Vivas.

Tampoco se podría achacar a la decisión de declarar festiva la pascua del sacrificio el surgimiento de estas opiniones, mucho antes, hace más de un año, un internauta dejó en un vídeo sobre Ceuta en el portal youtube el siguiente comentario: “Moros fuera de mi país, que aunque os pese Ceuta es España, raza de flojos, sólo valéis para delinquir, chusma, la única verdad es moros igual a gitanos. La misma lacra”.

Comentarios como estos que establecen una diferenciación y una partición de Ceuta a través del lenguaje (nosotros, ellos, mi Ceuta) y que cuestionan la nacionalidad de muchos ceutíes por el mero hecho de profesar la fe musulmana o por haberse educado en esa cultura, los soporta de forma habitual la diputada de Unión Demócrata Ceutí (UDCE), Fátima Hamed en sus artículos de opinión de Ceuta al día.

”Tú mora y yo española”

La diputada reflexionó en uno de sus artículos precisamente sobre esa diferenciación malvada que se realiza a través del lenguaje, bajo el título de “Nosotros y vosotros” . Hamed se encontró con comentarios como los que siguen:

“Tú mora y yo española. Esa sí es la realidad”.

“Ser español no es poseer un DNI y un pasaporte, es un sentimiento de amor a un país y visto lo visto, españoles los hay en Ceuta, pero de corazón no sé cuantos… Algunos son más falsos que un euro con la cara de Mohamed VI”

En otro artículo titulado “El ceutímetro” , algunos lectores dejaron los siguientes comentarios:

“Qué de tonterías, somos la gran mayoría muy tolerantes, menos con los musulmanes que son unos incívicos ¡Decid la verdad!¡Si eso se palpa en el ambiente! Son los únicos que dan problemas. ¿Y dónde está la tolerancia para Con los cristianos?¿Dónde está la Cruz en los colegios, hospitales, etc? Sin embargo yo si aguanto los pañuelos en la cabeza en los hospitales y los colegios. SOMOS TODOS UNOS RAJADOS. A LA CALLE A QUEJARSE QUE NOS COMEN”.

O en otro bajo el título “Tu velo me desvela” :

“Nos importa lo del velo por que estamos en España y punto, si queréis poneros los velos os vais a vuestro país. Nos estáis invadiendo y esto no es vuestro. Estáis en todos lados dando por culo, queréis mezquitas en todos lados, queréis igualdad para todo ¿por qué? Esto ya no parece Ceuta esto parece Marruecos y es triste y quería decir que sois unos racistas”, comentó otro lector.

Fátima Hamed

La diputada hace tiempo que lee estas opiniones y tiene algo claro: “Por desgracia dos no vamos a convivir jamás si uno no quiere. Yo soy una ciudadana más, pero en el momento que tú me pongas a mí una barrera por vestirme de una determinada manera o me apellide Hamed o Mohamed, me estás diciendo mucho. Todo se andará. Y Espero que por el bien de los que están creciendo y de las próximas generaciones las cosas cambien un poquito”.

La constante desconfianza del sentimiento patrio de los musulmanes ceutíes que la diputada sufre en primera persona genera hartazgo.

“Pesa una especie de confío en ti, pero no mucho porque tú te llamas Fátima Hamed y porque llevas un pañuelo. Mis compañeros y yo estamos hasta las narices. Mis hijos son la cuarta generación de mi familia aquí en Ceuta. A ver cuántos pueden decir que sean la cuarta generación. Si tú te acabas te bajar del barco, ¿qué sabrás tú? ¿Cómo te vas a sentir tú más español que yo? ¿Con qué derecho? Es un argumento totalmente insensato y pueril, ¿cómo vas a dudar de una persona porque sea de una creencia diferente?”, lamenta Hamed.

“Y lo peor es que cuando no encuentran ningún argumento para criticarte porque saben que tienes razón porque lo demuestras acuden al nombre y a los apellidos o a que lleves un pañuelo como me pasa a mí”, apostilla la diputada, que compara la coalición con el PP para señalar que Caballas no lleva a nadie que se apellide de una determinada manera para “rellenar y aparentar”. Otros comentarios, menos numerosos, van justo en la dirección contraria y hacen bandera de cierto victimismo e incluso, de cierto racismo pro musulman.

Odio de ida y vuelta

“No tenéis vergüenza, politicucha fantasma, a vosotros os interesa que sigamos sin estudiar, para que vuestros hijos sigan teniendo el control, vosotros favorecéis el fracaso escolar y la exclusión social, mendigando en nuestro nombre, enchufando a vuestros hijos y dando limosnas al moro, de esta manera nunca querrá trabajar y podréis seguir teniendo la sartén por el mango, peperos”, firmó un lector en la noticia que recogía las declaraciones de Pérez en el Senado .

Muchas voces aprovechan situaciones como estas para reclamar una política realizada por partidos políticos que no enfrenten una determinada ideología sino una cultura o una religión.

“Con discursos como este empezaron los nazis en Alemania y ya sabemos como acabaron. Al musulmán que vote al PP se le debían caer las manos al entregar la papeleta”, opinó un lector. “Aquí lo que hay es segregacionismo racial y hay que pregonarlo a los cuatro vientos. Ya está bien de engañar a los musulmanes y de tomarlos por imbéciles”, apostilló otro. “No sé por qué nos sorprende. No nos quieren ni en pintura, es lo que piensan todos los del PP. Si queremos cambiar algo tendríamos que hacérselo pagar en las próximas elecciones”, escribió otro lector en el mismo sentido.

Y del victimismo, una muestra: “Los musulmanes tengamos la formación que tengamos nunca nus enchufarán en la Ciudad, como a otros pepitos y juanitos. Nunca salen oposiciones. ¿La razón? Para enchufar a los cristianos y luego decir que los musulmanes no tienen formación”, opinó una lectora.

Comentarios como estos retratan un problema: racismo. Una cuestión que muchos niegan en público y reconocen en privado y que tiene difícil solución.

“Si un político musulmán dice que lucha contra la cultura católica ¿sería un hombre decente y que solamente dice la verdad? ¿O un terrorista islamista radical que lo tendríamos que mandar a Guantánamo?”, se preguntó un lector en medio de todos estos mensajes.

Otro apuntó su propia reflexión que bien podría servir de conclusión final “¿Racismo? El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. En esta Ciudad hay mucha mentira. Convivimos por que no hay más remedio, pero de integración muy poquita. Esto es lo que hay y nadie lo va a cambiar por mucha demagogia que se haga o por que no se quiera hablar de ello. Está latente en el día a día y son múltiples las ocasiones en las que se manifiesta. Menos hipocresía y farsantes”.

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