El refuerzo de la seguridad en vísperas de las elecciones en Marruecos lleva el atasco a Juan XXIII

El refuerzo de la seguridad en vísperas de las elecciones en Marruecos lleva el atasco a Juan XXIII


- Las retenciones impiden el acceso de autobuses y taxis más allá de la Almadraba

- Los controles se han reforzado especialmente este jueves con la visita a la frontera del subdirector general de Aduanas de Marruecos

- Algunos conductores llevan atascados en el mismo sitio desde las 16.00 horas


Si tiene pensado ir en coche (o en taxi o en autobús) a la frontera desista, si está ya en el atasco, resista. La cola de vehículos alcanza los dos kilómetros hasta la barriada de Juan XXIII, extendiéndose por la cuesta de Loma Colmenar casi hasta el Hospital Universitario. Un atasco cotidiano que hoy alcanza dimensiones descomunales por el refuerzo de la seguridad en Marruecos en vísperas de la jornada electoral.

Vehículos y peatones cruzan la frontera con cuentagotas pero no así mercancía, de ningún tipo, lo que ha provocado que muchos porteadores se hayan visto atrapados con sus fardos y sus cajas a este lado de la frontera, lo que ha dado lugar a algunas tensiones entre ellos, según apuntan fuentes policiales sobre el terreno. Refuerzos en los controles de seguridad al que se le ha sumado un mayor celo con la visita de un alto responsable de Aduanas del Gobierno marroquí. Suma de factores, externos en este caso, que ha alimentado el ya habitual atasco en la Nacional 352, en Avenida Martínez Catena, llevándolo hasta las puertas de la barriada de Juan XXIII ya a las 16.00 horas, más de dos horas antes de lo habitual.

Pero, sobre el terreno, nadie conoce el motivo, sólo saben que ocurre casi todos los días, "depende", dicen, "de si aprietan allí o aquí", explica gráficamente Hassan, vecino de Rincón y que cruza cada día la frontera con su Renault 12 desafiando al tiempo. Muchos coches están ya vacíos y sus ocupantes entretienen la desesperación como pueden, unos miran el móvil o charlan sentados en el asfalto, otros, inasequibles a la lógica prefieren aporrear el cláxon. Están a la altura del cruce de Loma Colmenar y les queda "por lo menos dos horas", calculan resignado antes de regresar a todo correr a sus vehículos cuando la caravana parece arrancar. Falsa alarma, han sido apenas dos metros pero ha provocado ya varios amagos de choques entre vehículos y la consiguientes discusiones.

Sin transporte público 

Una retención que, como es desgraciadamente habitual, inutiliza el transporte público, dificultando el acceso al Hospital Universitario o a barriadas como La Almadraba y haciendo casi imposible acceder hasta el a autobuses o taxis que han de darse la vuelta a medio camino.

El refuerzo de la seguridad en vísperas de las elecciones en Marruecos lleva el atasco a Juan XXIII


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