“A Ceuta se llega llorando y de Ceuta se va llorando”, ha citado uno de los lugares comunes en el diccionario de dichos locales, el presidente de la Casa Regional de Ceuta en Sevilla, Juan Carlos Jiménez, para en breves palabras dar paso al presidente en funciones de la Ciudad, Juan Vivas, que ha recibido a la delegación de la Casa Regional que en compañía de otros miembros de Casas regionales en Sevilla, visitan estos días Ceuta para asistir este sábado a la Laureada de la Legión. Y el presidente no ha defraudado con su panegírico, lleno a su vez de lugares comunes en sus discursos, quizás los que más cómodo le hacen sentir, los que tienen por único fin y objeto loar su pueblo.

Antes eso sí, Vivas les ha regalado los oídos a los sevillanos de adopción con el mismo estilo y gusto que lo suele hacer de Ceuta: “Sevilla más que una urbe es un orbe, que todavía sigue teniendo ese carácter de haber sido puerto, puerta y puente entre dos continentes. En Sevilla el arte, en particular el barroco, toca el cielo. Venís de una tierra que se quiere mucho aquí en Ceuta”.

A Jiménez le ha dedicado también su elogio de turno: “Defiende a Ceuta, sin pedir nada a cambio. Movido por el cariño que le tiene a Ceuta, movido por la principal fuerza que tiene el ser humano para hacer cosas grandes, el corazón, que todo lo puede y todo lo alcanza”.

Jiménez y la Casa Regional que representa ha correspondido con una placa: “La Casa de Ceuta a la Ciudad Autónoma de Ceuta en agradecimiento por su colaboración, ayuda y buenas relaciones con esta Casa a lo largo de los años”.

Y acto seguido Vivas les ha hecho desde el salón del trono de guía turístico de la ciudad y su historia, en su particular estilo, a la delegación sevillana:

“Ceuta es una ciudad pequeña, pero es del mundo. Es mágica. Es mágica y hermosa por sus raíces, por su historia, por sus paisajes, pero sobre todo por la condición de su gente: diversa, amable, cálida, hospitalaria, lo mejor de su pueblo lo tiene en su gente, en el caso de Ceuta es una afirmación rotunda”, se ha arrancado Vivas.

“Ceuta tiene profundas raíces. En Ceuta plantó Hércules una de sus columnas, desde entonces un fluir vertiginoso de la ciencia, el arte, el pensamiento, los afectos, las personas, el conocimiento… En Ceuta recaló Ulises en su largo viaje por el Mediterráneo y encontró el amor de Calypso, y fruto de ese amor nació Latino, que es, nada más y nada menos, que el padre del latín. En Ceuta han dejado huella todas las culturas y civilizaciones que el Mediterráneo ha conocido, la cuna y la madre de occidente. Ceuta es Roma, fue fundada por Roma, a Roma le debemos el nombre, el recuerdo remoto del ‘garum’, una pasta de pescado que no se hacía otra de más calidad que la de Ceuta. Estábamos en la Guía Michelín del Imperio”, ha proseguido Vivas.

Y además de Roma Vivas ha repasado los vínculos de Ceuta con Toledo, Córdoba, Lisboa o Madrid, “aquí nació el Teniente Ruíz y murió Agustina de Aragón”, ha recordado. Y aunque en el laudatorio de los vínculos portugueses no ha faltado el ensalzamiento de la Virgen de África –“ Un símbolo para todo los ceutíes, me atrevo a decir que para todas las confesiones, un símbolo de concordia, fraternidad de consuelo de norte de guía”, ha dicho–, el presidente en funciones no ha dejado pasar la ocasión para hacer un ensalzamiento de la convivencia y la multiculturalidad de la ciudad, así como de su amor a España. Toda una declaración política en medio de un discurso de loa, uno más.

“Ceuta vive por y para España, indivisible. Ceuta es el carácter de resistir, cualquiera que sea la exigencia, el precio, por duro y prolongados que sean los asedios, un carácter que está puesto de manifiesto en nuestras Murallas Reales y su foso y de manera profunda e inequívoca en el cariño que los ceutíes le tenemos a nuestro Ejército. Resistir cualquiera que sea el precio y hasta el último aliento”, ha dicho Vivas.

“Ceuta es diversidad. La diversidad está en sus calles y su gente. Ceuta es respeto, es convivencia, es encuentro entre personas de distintos credos y razas. Personas que han demostrado a lo largo de la historia su admirable capacidad para compartir, compartir espacios, afectos, anhelos, porque la convivencia significa fundamentalmente el arte de vivir compartiendo y de eso Ceuta da lecciones todos los días a través de los ceutíes, que son un verdadero ejemplo para el mundo y para el resto de España”, ha empezado a cerrar Vivas su discurso.

Una loa a la ciudad que no ha cerrado sin su mención al carácter marinero de la ciudad. “Ceuta huele, sabe y suena a mar”, ha dicho antes de citar los versos de López de Anglada y desear a la delegación sevillana que lo pase “divinamente” en la ciudad y entre ellos.