DESAFÍO ECOLÓGICO

Alquiler de bicicletas y más zonas peatonales, las promesas de futuro del Gobierno para una Ceuta sostenible

Alquiler de bicicletas y más zonas peatonales, las promesas de futuro del Gobierno para una Ceuta sostenible
Carril bici
Carril bici

En Ceuta hay más coches que hogares. El transporte público, anclado en un modelo propio del siglo XX, se tambalea al borde la quiebra tras varias crisis sucesivas, vapuleado por la recesión económica, el bloqueo de la frontera y el impacto de la pandemia. Sin carril bici, sin apenas zonas peatonales, con una adicción manifiesta al vehículo particular y sin una cultura de la sostenibilidad arraigada en la población, Ceuta se enfrenta al desafío de la movilidad sostenible, empujada por los nuevos tiempos, obligada por los pésimos resultados de la medición de emisiones contaminantes y sin planes sólidos para dar una solución a un problema acuciante al que debe enfrentarse, por sostenibilidad y porque, muy pronto, estará obligada por Ley.

A propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), el Consejo de Ministros remitió el pasado 19 de mayo el primer proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética (PLCCTE). Con ello, se inicia la tramitación parlamentaria del primer proyecto legislativo para que España alcance la neutralidad de emisiones no más tarde de 2050, “en coherencia con el criterio científico y las demandas de la ciudadanía”, remarca el borrador.  

El PLCCTE, además de medidas para el desarrollo de energías renovables, la reducción drástica de emisiones de gases responsables del efecto invernadero y la implantación de herramientas de mejora energética en viviendas e industria, traza una ruta hacia la movilidad sostenible, de modo que no más tarde del año 2040 el parque automovilístico de España, la ciudad autónoma incluida, esté formado por vehículos con emisiones de 0gCO2/km. Un escenario del que Ceuta aún está a años luz.

El consejero de Medio Ambiente y Servicios Urbanos de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Yamal Dris Mojtar, admitía esta semana que su Consejería aún no ha tomado medidas para revertir los datos de emisiones, que alertan de la escasa calidad del aire en Ceuta, tal y como ha denunciado Ecologistas en Acción. Dris se defendió recordando que hay ayudas para la compra de vehículos eléctricos y adelantó que la Ciudad trabaja ya en la ampliación de zonas peatonales —avanzando en la peatonalización de la calle Real, de momento— y baraja implantar un servicio municipal de alquiler de bicicletas.

Bicicletas Públicas

La Consejería de Medio Ambiente estudia ya una oferta firme de una empresa de Barcelona para la implantación en la ciudad autónoma de una red pública de bicicletas de alquiler. Dris, explica a Ceuta al Día, baraja un proyecto piloto con tres bases: la Estación Marítima, el centro de Ceuta y la barriada del Morro. El objetivo pasa por pulsar la demanda real con un periodo en el que el alquiler sería gratuito, de modo que se pueda estudiar la viabilidad de un modelo de movilidad sostenible que es una realidad en muchas ciudades españolas desde hace ya décadas, pero que en Ceuta sigue siendo una aspiración.

Una red de bicicletas de alquiler que, por fuerza, debe ir acompañada de medidas complementarias inexcusables, entre ellas, obviamente, estaría un carril-bici. Una promesa sempiterna, llevada a Pleno en no pocas ocasiones pero que nunca ha cristalizado en un proyecto, más allá del tramo casi simbólico, señalizado como carril-bici desde los Jardines de Argentina a la Barriada de la Estación del Ferrocarril. Este lunes, de nuevo, se pondrá sobre la mesa la necesidad de trazar un itinerario urbano para las bicicletas. Esta vez, la propuesta la planteará Vox y, otra vez, el Gobierno votará favor. 

La Almendra Central

Junto a este proyecto piloto para el alquiler de bicicletas, la Ciudad, como ya anunció en su plan de reconstrucción de la Ciudad tras la crisis, seguirá avanzando en la peatonalización del centro de la ciudad de Ceuta. 

Son, de momento las dos medidas que plantea el Gobierno siguiendo la senda de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. El PLCCTE subraya el papel de las ciudades en la consecución de los objetivos de Clima, “favoreciendo con ello la creación de espacios más habitables y saludables, con una calidad del aire mejorada”. En este sentido, establece que los municipios de más de 50.000 habitantes y los territorios insulares deberán tener su propia “almendra central” a imagen y semejanza de la zona de bajas emisiones de Madrid que ha desmontado el nuevo Gobierno de la Comunidad. De este modo, todas las grandes ciudades, Ceuta incluida, introducirán en la planificación de ordenación urbana “medidas de mitigación que permitan reducir las emisiones derivadas de la movilidad, incluyendo la implantación de zonas de bajas emisiones no más tarde de 2023; acciones para facilitar los desplazamientos a pie, en bicicleta u otros medios de transporte activo; y la mejora y fomento del uso de la red de transporte público. También se deberá impulsar la movilidad eléctrica compartida y el uso de medios de transporte eléctricos privados”, exige el proyecto de Ley.

Pero, si Ceuta aun está muy lejos de la movilidad sostenible, con una presencia todavía testimonial de medios alternativos, la movilidad tradicional, asociada a los combustibles fósiles, ni siquiera ha entrado en el siglo XXI. 

Según datos de la patronal del sector del automóvil correspondientes al mes de mayo, Ceuta tiene el parque automovilístico más envejecido de España, con una edad media de 15 años. a edad media de los turismos y 4x4 que circulan por las carreteras de Ceuta se sitúa ya en los 15,2 años, según datos de la consultora MSI para la patronal de los concesionarios, Faconauto. De esta manera, se evidencia un empeoramiento en esta estadística, ya que el año anterior se situaba en 13,2 años. La media de la ciudad autónoma queda por encima de la nacional, que es de 12,7 años, frente a los 12,3 años del ejercicio pasado. Por comunidades autónomas, las edades medias más elevadas están en Ceuta (15,2), Melilla (14,8), Castilla y León (13,3) y Galicia (13,2). 

Coches viejos que, además, son muchos para una ciudad de poco más de 85.000 habitantes, presuntamente pequeña, dulce y marinera. En Ceuta, según datos del Instituto Nacional de Estadística, hay más vehículos que hogares: 479 turismos por cada 1.000 habitantes, esto es, 1,5 coches por cada hogar, lo que suma un total de 40.703 vehículos privados (registrados) en la ciudad de Ceuta.

Esos más de 40.000 vehículos —muchos de ellos ya mayores de edad si la media está en 15 años— consumen de media 472,4 litros de combustible al año, 452,7 litros por vehículo, un 4% por encima de la media nacional.

Cada ceutí emplea unos 13 minutos en su desplazamiento diario al trabajo, un 40% menos que la media nacional (22 minutos). Y, claro, mejor en vehículo privado. Una adicción al coche particular que no tiene apenas alternativas de transporte público, con el sector del taxi al borde de la asfixia económica con la frontera cerrada y la economía paralizada durante dos meses. Los mismos motivos que están haciendo tambalearse a la empresa de autobuses urbanos, cuya concesión expiró en 2019 sin que la Ciudad haya redactado todavía el nuevo pliego para la adjudicación de un servicio crucial en una ciudad, pero que en la actualidad cuenta con una flota de autobuses en una situación precaria, muy lejos de los estándares contemporáneos, con décadas de servicio en sus motores y con constantes averías.

Un panorama complejo, con tantos frentes abiertos como problemas por resolver, ante el que la Ciudad estudia qué calles peatonalizar y si será viable el transporte en bicicleta. Mientras, en el Ártico ha registrado una temperatura récord de 38 grados en la localidad de Verkhoyansk, en plena Siberia, donde los termómetros suben como máximo hasta los 20 grados en el mes de junio. 

A este ritmo, tal vez no haga falta carril-bici en el Istmo.

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