El proyecto ha necesitado la colaboración de varias empresas y entidades de la Administración, empezando por Makerel Medioambiental que ha cedido el terreno. Makerel es una empresa localizada en el barranco Piniers, muy cerca del nuevo centro penitenciario, dedicada a descontaminación, y reciclado de todo tipo de vehículos y de residuos en general, tanto metálicos como no metálicos y que gestiona también los residuos de inertes de la Ciudad. Además, colabora en el proyecto la empresa Athisa, encargada de recoger los animales varados y llevarlos al pudridero.
Las nuevas instalaciones, mucho más “dignas” en las que ya descansan los restos entre otros de un delfín, suponen un salto cualitativo, ha destacado el presidente de Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera. Un pudridero que no sólo sirve como depósito sino que es también una valiosa fuente de información al permitir el estudio de los huesos de cetáceos