Mientras las playas de La Ribera y El Chorrillo siguen ondeando, desde hace ya un lustro, sendas 'banderas azules' como símbolo internacional de salubridad, sostenibilidad, gestión ambientalmente respetuosa y dotación de servicios, el número de 'banderas negras' que, por todo lo contrario, coloca la organización 'Ecologistas en Acción' en el litoral ceutí no deja de crecer. "La cantinela de siempre", como describió hace un año la consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel, a las conclusiones de este dictamen anual, no deja de sumar argumentos y en su texto de este año, titulado 'Esto es una barbaridad', coloca nueve 'banderas negras' en la ciudad autónoma, el doble que hace dos años.
El de La Ribera, que podría lucir al mismo tiempo la azul y la negra, es un caso paradigmático de lo muy distintas que pueden ser las visiones sobre un mismo escenario. Para el Ejecutivo ceutí es un ejemplo de su atención a los arenales, para Ecologistas en Acción, todo lo contrario: "La intervención se hizo de un modo muy agresivo, lo que propició que se produjeran pérdidas ambientales significativas y existe un problema añadido que ha supuesto la acumulación de sedimentos en el foso y que por ello se tenga que dragar de una forma insistente, algo que posiblemente vuelva a suceder en un futuro no muy lejano", se advierte.
A juicio de la organización ecologista, a cuyo entramado pertenece la asociación conservacionista local 'Septem Nostra', representa un ejemplo de la "ausencia de reflexión sobre el hecho litoral y, especialmente, sobre el modelo de litoral apropiado para una ciudad como la nuestra".
"Este modelo no puede ser una copia, y mala por cierto, del litoral de la vecina Costa del Sol, o deberíamos decir 'costa del horror", advierte Ecologistas en Acción, que reconoce el "esfuerzo" de la Administración autonómica "por ofrecer ciertos servicios en las playas a los ciudadanos" pero que también aprecia "un electoralismo algo exagerado". "A pesar de la bandera azul, la playa de La Ribera es en la actualidad un lugar más antropizado y degradado de lo que estaba antes de la mal llamada regeneración", se critica.
La Cala del Desnarigado, "zona en la que se ha realizado una operación de regeneración encubierta y usando tierras inapropiadas para ellos con basuras incorporadas, parte de las cuales ya se las ha llevado el mar"; la playa de San Amaro, "afectada por salidas frecuentes de aguas fecales cada vez que llueve o se produce una avería o un corte del suministro eléctrico"; y la playa del Tarajal o Arcos Quebrados, "donde se producen constantemente salidas de aguas fecales que además tienen el agravante de producirse a cielo abierto", reciben otras tres 'banderas negras'.
Las cinco restantes van a parar a
la playa de Benítez, "que tiene una salida también continuada de aguas fecales a cielo abierto y produce los mismos efectos que la anterior"; a
la de Miramar, "con salidas de aguas fecales en dos puntos"; a
la de la Desaladora y el Trampolín, "en las que desembocan las aguas de la barriada que no están conectadas a la red de saneamiento y además los lodos que intermitentemente se vierten de la depuradora de agua potable"; al
Poblado San Antonio "por sus impactos paisajísticos y contra el territorio"; y a
las torres del Sarchal, "posiblemente el mayor atentado contra el patrimonio paisajístico de nuestra ciudad en los últimos cien años".
'Puntos negros' y vertidos incontrolados
A estas nueve 'banderas negras', mayores exponentes de la degradación del litoral, se deben sumar otros tres puntos negros: 1) en El Chorrillo, porque "no tiene salidas directas de aguas fecales pero está circundada por las mismas cuando se producen en las otras zonas colindantes de La Ribera y Miramar"; 2) en Fuentecaballos por su contaminación lumínica; 3) en el Sarchal, "afectada por residuos sólidos y basuras distribuidas por todo su litoral".
El retrato se completa con 14 puntos de vertido de aguas fecales directamente al mar: Calamocarro; Barriada Postigo y Perrera; Junta de Obras del Puerto, Benítez y atracadero de los ferries; Club Náutico CAS; San Antonio; Recinto Sur; Escuelas Prácticas; Sarchal; Miramar; Almadraba-Tarajal; viviendas anexas a la cárcel; casas situadas frente al Matadero; Príncipe Alfonso y alrededores; y Cabrerizas.
En el apartado de "actuaciones positivas" a valorar se mencionan tres: las demoliciones de antiguas construcciones cercanas al mar "para liberar el espacio costero, permitiendo un mayor acceso de los ciudadanos y sobre todo el paisaje costero"; "la idea, de momento sólo un proyecto de aumentar el calado de los fondos del interior del puerto para permitir la entrada de buques de mayor tonelaje que reposten en el interior de los muelles; y la inversión en obras públicas para mejorar la cuestión de las aguas de saneamiento en Ceuta.
A medio y largo plazo 'Ecologistas en acción' advierte de que le "preocupa" la ocupación de amplias zonas cercanas al litoral del Monte Hacho que está contemplando de manera inicial los avances del PGOU de Ceuta". "No sabemos qué podemos esperar del PGOU pero nos tememos que los intereses económicos están influyendo intensamente en la decisión final", teme el informe, que "espera" no tener que denunciar nuevos casos como los del Poblado San Antonio o las torres del Sarchal "porque se continúe urbanizando el Camino de Ronda o el Desnarigado".
También se alerta de que "la ampliación programada por parte de la Autoridad Portuaria de Ceuta destruirá un área significativa de hábitat marino provocando fraccionamiento del ecosistema litoral y una gran mortandad de especies litorales bentónicas" y de que, en el ámbito de la contaminación industrial, El litoral de nuestra ciudad, especialmente la fachada oeste del Monte Hacho, es testigo silencioso de los acontecimientos contaminantes que se suceden de manera crónica desde hace décadas". "El asfaltado litoral que muestran las rocas es la prueba más contundente de ello", se resalta.
- Lea, íntegro, el informe 'Banderas negras 2011' sobre el litoral ceutí de 'Ecologistas en Acción'
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