El Gobierno no abre expediente informativo a Trace mientras prepara la vuelta de Urbaser


El Gobierno no abre expediente informativo a Trace mientras prepara la vuelta de Urbaser

- Caballas quería armar un expediente para conocer a fondo donde va cada céntimo de los 17 millones de euros que pagará la Ciudad por el servicio de limpieza y recogida de basuras durante 2016 y tomar decisiones en consecuencia para mejorarlo

- Carreira prometió convocar a la oposición en breve con soluciones encima de la mesa que previsiblemente conllevarán la vuelta de Urbaser a la gestión del servicio conjuntamente con ACC en solitario o con Lirola

- Fatima Hamed acusa al Gobierno de trato de favor y pide sin concretarlo en una propuesta la rescisión del contrato si no se está cumpliendo

- Carreira avisa el pliego y el convenio colectivo son incomptaibles y Aróstegui le recuerda que el pliego recogía el convenio y los técnicos fijaron en 16,5 millones el precio

El Gobierno negó este lunes con los votos del Partido Popular la posibilidad que solicitó Caballas vía moción de urgencia para abrir un expediente informativo sobre el servicio de recogida de basura y la limpieza viaria. Los localistas querían “en el plazo de un mes conocer con exactitud y precisión el funcionamiento del servicio de limpieza pública y recogida de basuras” para poner negro sobre blanco entre otras cosas: “la relación de los recursos aplicados a cada uno de los servicios prestados y los costes detallados de la explotación (incluyendo el beneficio empresarial)”. Y con esa información tomar decisiones para mejorar el servicio.

El PP votó en contra, a favor de Caballas se situó el PSOE y se abstuvieron Ciudadanos y MDyC, cuya portavoz, Fatima Hamed, llegó a insinuar que la solución pasa por rescindir el contrato a Trace, obteniendo como resultado de su intervención una severa corrección por parte del presidente de la Asamblea y el reto del portavoz de Caballas en el punto, Juan Luis Aróstegui, para que llevara a Pleno la propuesta y no lo dejara en una “charlotada de feria” para ser “el perejil del Pleno”.

Eso sí, del debate, se deduce que aunque el Gobierno niega la petición de Caballas en cierto modo prepara algo parecido, pero sin la participación de la oposición, ya que el responsable de Medio Ambiente, Emilio Carreira, anunció que en breve convocará a la Comisión Informativa de su área para poner sobre la mesa cuál es la situación y las posibles soluciones, que, según avanzó ayer, puede pasar por la vuelta de Urbaser, sin concretar cómo e insinuando que podría modificarse el “accionariado” de la Unión Temporal de Empresas que une a Lirola con ACC, ante la “falta de experiencia” en la gestión del servicio de recogida de basuras, tirando de forma muy indirecta contra Lirola, empresa que supuestamente aportaba dicha experiencia en esa unión empresarial.

Carreira esquivó las embestidas de Aróstegui sobre la situación del servicio reconociendo por primera vez muchas de las carencias que la ciudadanía viene acusando en redes sociales un día sí y otro también.

Aróstegui puso el acento en los 17 millones de euros que ya cuesta el servicio que presta Trace al año, y en que tal y como Caballas vaticinó la amplicación del contrato en 1,5 millones de euros no ha arreglado la situación. “La modificación del contrato es ilegal”, afirmó tajante Aróstegui señalando que el millón y medio incrementado coincide “sospechosamente” con la baja del 10 por ciento con la que concurrió en la licitación Trace, aunque no aclaró si su grupo piensa llevarlo a los juzgados. “Les dijimos que el incremento no iba a resolver nada y el tiempo nos ha dado la razón: “La Ciudad está sucia, visible y palpablemente sucia y no hay respuesta adecuada por parte del Gobierno”.

El portavoz de Caballas reveló que la Ciudad no cuenta con personal que controle el servicio que presta Trace durante dos días y medio a la semana, “desde el viernes a mediodía durante el sábado y el domingo” nadie controla si se limpia o no. Para Aróstegui además el 8 por ciento menos que cuesta Trace con respecto a Urbaser no se corresponde con una ciudad un 8 por ciento más sucia. “No es verdad”, zanjó tajante, que como cobre menos no pueda limpiar como Urbaser porque la ciudad está mucho más sucia que ese 8 por ciento vino a defender en una comparación reiterada que hizo parecer el servicio de Urbaser –ampliamente criticado durante una década- en la panacea de la limpieza viaria.

Trace tiene 32 trabajadores subrogados menos de los que tenía esa empresa, en un dato arrojado por Aróstegui que no recibió contestación por parte de Carreira.

Vuelta de Urbaser

Carreira hilvanó una defensa de la gestión del Gobierno basada en reconocer fallos como paso previo para una inminente solución de los mismos que pasará casi ineludiblemente por una revisión del contrato que contemplará la vuelta de Urbaser o de alguna otra empresa con experiencia probada en la gestión de este tipo de servicios.

El consejero de Medio Ambiente contextualizó su defensa en un ambiente de “ruido interesado” y cierto “manoseo” del asunto, apuntando que las vaguadas y los jardines no son competencia de Trace y aclarando que en la ampliación del contrato fueron los propios técnicos los que fijaron que la mejor solución pasaba por pasar del modelo chino (mucha mano de obra) a uno más tecnológico en donde el mayor peso del servicio recaiga sobre maquinaria especializada, optando el Gobierno por un término medio entre lo que existía y lo que proponían los directores facultativos del servicio.

Carreira señaló dos problemas fundamentales: “El contrato es incompatible con el convenio vigente”, afirmó con contundencia para descender al detalle: Media plantilla se coge vacaciones en verano que es cuando, según explicó Carreira hace más falta baldear las calles porque llueve menos, según el consejero; y avisó: “Si no se puede modificar el contrato habrá que modificar el convenio”. Pero acto seguido cavó la trinchera del Gobierno en la línea en la defensa de las condiciones laborales y los derechos de los trabajadores, para proseguir durante toda su argumentación en una cierta ambigüedad.

El otro problema es para Carreira cierta falta de civismo por parte de los ceutíes para hacer bueno el refrán de no es más limpio quien más limpia sino quien menos ensucia. Un argumento que ya había preparado en otro punto anterior ante la reclamación del PSOE de mayor limpieza en la zona de Argentina. “Hasta Leones debería haber ahí”, reconoció Carreira que demostró conocer bien algún que otro vertedero ilegal.

Carreira anunció que ha pedido a la Policía Local que no le remita más fotos de vertederos ilegales y zonas muy abandonadas y que lo que quiere es que le ponga delante a los responsables “para sancionarlos de forma ejemplar y que se corra la voz”.

Pero sin duda la mayor novedad de la solución que prepara el Gobierno pasa por la solución a la disfuncionalidad que provoca la falta de “know how” en palabras de Carreira que ha venido demostrando la empresa. Algo que prevé solucionar después de haber “viajado mucho” fuera “porque estás cosas se arreglan fuera” y vaticinando la vuelta de Urbaser (sin ponerle el nombre, eso sí) o de otra empresa con demostrada solvencia en la gestión de limpieza urbana y recogida de basuras.

Mismo número de trabajadores cada día

Aróstegui echó por tierra la piedra angular del argumento de Carreira al recordarle que el convenio colectivo formaba parte del pliego de condiciones con el que se licitó el servicio y al que concursó de forma voluntario Trace. “El contrato exige un número de trabajadores todo el año, con un refuerzo de 14 personas para las playas en verano y los servicios especiales, para realizar un número de servicios obligatorios cada día y especificado por barriadas”, apuntó Aróstegui.

El de Caballas recordó además que sobre los 16,5 millones por los que se licitó y se calculó esa cifra por los técnicos con el convenio vigente, Trace rebajó un 10 por ciento la cifra por la que aspiró al concurso y se llevó el servicio, cifra ya corregida hasta los 17 millones de euros para 2016. “Da la impresión de que no actúan con suficiente beligerancia”, espetó Aróstegui, para hacer cumplir a la empresa con el servicio al que se comprometió.

Carreira se defendió diciendo que los técnicos dicen que se cumplen los servicio y que por eso él firma para entrar en un cruce absurdo en el que el consejero negaba que el convenio estuviera contemplado en la licitación mientras Aróstegui le aseguraba que sí, reconociendo el consejero que él no estaba cuando se licitó, echando peligrosamente fuera los balones y dejando a los pies de los caballos a los responsables anteriores en la licitación –algo que le advirtió el propio Aróstegui-.

“Usted no conoce las cuentas del servicio ¿No es raro que no conozcamos en qué se gastan 17 millones de euros? La empresa dice que pierde dinero, pero lo dice de boquilla”, esgrimió Aróstegui.

Rescisión del contrato

Esa misma falta de beligerancia a la que aludió Aróstegui la llevó al extremo la diputada de Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta, Fatima Hamed, que acusó de connivencia al Gobierno con la empresa “de luxe” y pidió que si como defiende el Gobierno no hay ningún vínculo se actúe con contundencia y si no se cumple con el pliego se rescinda el contrato. “Si el pliego se incumple lo que hay que hacer es rescindir el contrato, especialmente si no somos amigos” de la empresa, defendió Hamed.

Se llevó la reprimenda de Vivas que le señaló que lo que estaba diciendo es que el Gobierno estaba cometiendo un delito y que la voluntad del Gobierno es las de “la transparencia absoluta. Antes nos ha llamado fachas y ahora nos acusa de un trato de favor, que es un delito y eso no se lo voy a consentir”, le espetó a Hamed. Un probable exceso verbal de la diputada que un poco después tuvo que disculparse con Manuel Olivencia por otro de sus excesos. Aróstegui la tildó de “charlatana de feria” y le pidió que fuera “riguroso con su planteamiento” y que llevara a Pleno una propuesta “para que siendo consecuente el MDyC pida la rescisión del contrato”, pero “eso no se puede hacer sin más”, le recordó, “para eso hay que tener información”, le dijo el localista.

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