La limpieza, un debate muy sucio


La limpieza, un debate muy sucio
-PP y Caballas enfrentan su manera de afrontar este servicio, el Gobierno aplaza hasta después de las elecciones la adjudicación del servicio, la oposición quiere ahorrar costes convirtiendo el servicio en municipal y Bel les acusa de ir contra el mundo

-El ceutí paga al año 200 euros por limpiar las calles y recoger la basura, la media del país oscila entre 80 y 120 euros

-Urbaser cobra 18 millones de euros al año por limpiar las calles y recoger la basura de los contenedores

-Hasta 2010 en Ceuta era imposible reciclar envases. No había contenedores

-Sampietro habla en sus memorias de una comisión de 500 millones de pesetas por la adjudicación del servicio de limpieza

La limpieza viaria, la recogida de basuras y el mantenimiento de contenedores han centrado días atrás el rifi rafe político entre Caballas y el Ejecutivo de Vivas. El asunto es de peso, y es que el contrato que une al Gobierno con Urbaser es el más cuantioso de cuantos servicios públicos tiene externalizados el Ejecutivo de Vivas.

¿Cuánto cuesta mantener Ceuta en su estado de limpieza actual? Es difícil precisarlo con exactitud. Para que se hagan una idea la propia portavoz del Gobierno, que es además la responsable de ese contrato al ser consejera de Medio Ambiente desconocía si se le debía o no dinero a Urbaser, la empresa encargada de la recogida de basuras y de la limpieza viaria. Caballas ha denunciado que el Gobierno le debe la nada desdeñable cantidad de 12 millones de euros, el equivalente a ocho meses de servicio.

Según los datos ofrecidos por Caballas, la Ciudad paga a Urbaser 18 millones de euros al año por el contrato que obliga a la empresa del Grupo Dragados, el de Florentino Pérez, a recoger la basura y a limpiar las calles de la ciudad. A ese precio habría que sumarle otro buen pico, el que se lleva otra empresa, Contener, por el mantenimiento de los contenedores. Pero al coste total o final de las operaciones para mantener Ceuta limpia hay que sumar más cantidades: el coste de la planta de transferencia y el de llevar la basura a la península, el coste de la limpieza de los polígonos del Tarajal (la realiza una empresa municipal, Obimace), el de las Brigadas Verdes que limpian las vaguadas y otros puntos negros o el que se va en los varios y múltiples convenios que la Consejería de Medio Ambiente tiene firmados con empresas varias para promover el reciclaje de envases, electrodomésticos, aceites o cartones.

Así las cosas, y sin poder precisar con exactitud cuanto cuesta todo eso, ya que año tras año se suman nuevos servicios y convenios y nuevos costes o se incrementan como ya ha pasado el pago a Urbaser por el contrato de limpieza, lo que parece evidente es que se trata de unos servicios caros.

Si es difícil saber cuánto cuesta toda la limpieza, más difícil parece saber qué servicios competen a cada empresa. Y es que en el contrato original de Urbaser, el que prorrogó el GIL sin sacarlo a concurso durante una década, incrementando el coste de forma considerable, incluía por ejemplo la limpieza de los polígonos del Tarajal. El PP se opuso con fuerza desde la oposición a la maniobra de prórroga tejida por el entonces gilista, Jesús Sampietro (posteriormente vicepresidente del primer Gobierno Vivas). Pero una vez en el poder no sólo no ha enmendado la situación sino que ha incrementado de forma considerable el pago a Urbaser restándole obligaciones.

Como ejemplo, la limpieza de los polígonos del Tarajal, que hoy realiza Obimace, figuraba en el pliego de condiciones del contrato prorrogado como una obligación de Urbaser. El Ejecutivo de Vivas no sólo liberó a la empresa de Dragados de esa obligación, Urbaser alegó que encarecía los costes del servicio, sino que además incrementó el pago por el servicio. Es decir, Urbaser pasó a tener menos obligaciones y cobrar más, durante la gestión de Vivas.

Ese supuesto incremento en el coste ha sido justificado por la empresa y defendido por el Gobierno con una mejora , del servicio de baldeo, que haría especial hincapié en las barriadas. A pesar de esa mejora las quejas vecinales nunca han cesado y tampoco las de la oposición. El número tres de Caballas, Juan Luis Aróstegui, lo resuió así recientemente: “Ceuta está pagando más que nadie por un servicio mediocre, mal diseñado y peor ejecutado que sirve para barrer y baldear veinticinco veces al día la calle donde vive Juan Vivas, pero que atiende con mezquindad al resto de la ciudad”.

Y eso en lo que se refiere al baldeo o la recogida de basura. No ha sido hasta el pasado año 2010 cuando los ceutíes han comenzado a ver por sus calles contenedores amarillos para depositar sólo envases con la finalidad de reciclarlos. Algo que en el resto del país es práctica habitual desde hace décadas y que ha entrado a formar parte de los usos y costumbres de las familias españolas en Ceuta no era posible por la falta de la infraestructura básica para llevarlo a cabo: los contenedores de colores.

Parecida situación se da con el soterramiento de los contenedores. Esa es la tendencia en todos los municipios españoles. Muchos llevan años disfrutando de no tener que soportar los contenedores mal olientes sobre sus calles. En Ceuta no se sabe nada de ese futuro. A pesar de que algunos partidos políticos ya lo llevaban en sus programas electorales de hace cuatro años y a pesar de que en los contratos que mantiene el Ejecutivo con las diversas contratas se incluían cláusulas para el fomento del reciclaje y para el soterramiento de los contenedores. Caballas también denunció que Urbaser tenía entre sus obligaciones el crear instalaciones propias en Ceuta, pero a día de hoy sigue usando las instalaciones municipales sin que ello haya supuesto tampoco un descuento en la cantidad a percibir por el Gobierno.

Para rematar la confusión sobre las obligaciones de las empresas con la Ciudad, Comisiones Obreras, denunció recientemente que Contenur, la empresa encargada del mantenimiento de los contenedores estaba haciendo con los mismos trabajadores otro servicio nuevo para la Ciudad y contratado a parte: La instalación y mantenimiento de parques infantiles, sin contratar a nadie más.

Todo esto se une al elevado coste, teniendo en cuenta sólo los 18 millones de euros que cobraría de forma anual Urbaser, cada ceutí estaría pagando, según los datos ofrecidos por Caballas, unos 200 euros por la limpieza viaria y la recogida de basuras. La media del conjunto de municipios de toda España oscila entre los 80 y los 120 euros.

Municipalización

Para terminar con todo ese retraso y sobrecoste, Caballas ha puesto sobre la mesa la municipalización del servicio de recogida de basuras y limpieza viaria. Según la principal alternativa al Partido Popular esta es la panacea que resolverá todos estos problemas, generando además un ahorro de al menos dos millones de euros al año, el beneficio que calculan se está llevando “limpio” Urbaser.

El Gobierno cree que es ir contracorriente. La Portavoz del Ejecutivo y consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel, destacó hace días que la externalización es el modelo elegido por la práctica totalidad de los municipios, dejando caer que por algo será y que ir contra ese modelo es “ir contra el mundo”.

Caballas en cambio había puesto, antes incluso de esa respuesta, un ejemplo de propuesta de municipalización realizado en Pontevedra por el candidato del PP.

Pontevedera

La coalición ha tomado como referencia para ejemplificar su propuesta la capital gallega por que tiene un número de habitantes similar al de Ceuta, sobrepasa escasamente los 80.000 vecinos. Y aunque cuenta con una mayor extensión (117 kilómetros cuadrados por los 19 de Ceuta), el coste del servicio de recogida de basura y limpieza viaria y mantenimiento de contenedores es menor. En concreto los pontevedreses pagan 67 euros por persona al año. Urbaser, que es la empresa que recoge la basura y limpia las calles de capital gallega, cobra allí 5,7 millones de euros anuales.

El líder de la oposición es el candidato del PP a la alcaldía y en esta campaña electoral ha propuesto municipalizar el servicio. Al líder de los populares de Pontevedra le parece que su municipio está pagando más de lo que cuesta el servicio, y que si la alcaldía recuperará la gestión y convirtiera a los empleados de Urbaser en trabajadores municipales (como aquí propone Caballas) sus vecinos se ahorrarían al año un millón de euros, además de poder lograr mejores sustanciales en el servicio. ¿Qué diría si estuviera en Ceuta?

No se sabe, pero es probable que su compañera de partido y responsable del asunto le acusara de ir contra el mundo y de poner en duda la capacidad de los trabajadores de Urbaser, como hizo Yolanda Bel al conocer la propuesta de Caballas.

Renovación y urnas

El debate es, probablemente un mero entretenimiento electoral. Nadie duda de la victoria por mayoría absoluta del PP de Juan Vivas. Por tanto, nadie tiene dudas de que será el mismo Gobierno que ataca con dureza la propuesta de municipalización y defiende lo que cuesta el servicio actual el que se encargue de sacar a concurso el contrato de limpieza.

De hecho, el contrato con Urbaser se extinguió y el Ejecutivo optó por prorrogarlo un año y posponer su nuevo concurso a después de las elecciones. No dio más explicación cuando hizo ese anunció, pero tras las críticas de Caballas y la propuesta de municipalización, Bel sí aclaró algo más. Se posponía el concurso para sacarlo conjuntamente con el del mantenimiento de contenedores, que expira este año.

El Gobierno que debe dinero a Urbaser y que ha rebajado sus obligaciones durante los últimos diez años a la vez que incrementaba los precio del contrato ha dejado claro que su apuesta es por la renovación del contrato. Caballas ha propuesto que el Gobierno recupere el servicio, cree que se mejoraría la eficacia del servicio, las condiciones laborales de los trabajadores y además se ahorrarían al menos dos millones de euros al año. Lo que pase finalmente con la limpieza y recogida de basuras, a pesar de las encuestas, está en realidad, en manos de todos los ceutíes que elegirán con su voto, entre otras cosas, que modelo de recogida de basuras y limpieza viaria quieren y cuánto quieren pagar por él.

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