PROYECTO

Un circuito de motocross entre cementerios

Un circuito de motocross entre cementerios
Motocross
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La pista de motocross que la Ciudad prepara en Santa Catalina tiene ya el visto bueno ambiental, pero con importantes matices. El circuito, que ocupará una superficie de 12.000 m2, limitará por el Norte con el Cementerio de Santa Catalina, por el Este con las instalaciones de tratamiento de residuos, por el Sur con la carretera de circunvalación del Monte Hacho y por el oeste con la EDAR y Cementerio Hebreo. O lo que es lo mismo, un circuito de carreras entre los tres cementerios y una de las rutas más usadas por los ceutíes que ahora convivirán con el bramido de las motocicletas.

Una cercanía a “usos consolidados de esparcimiento” a la que pone sus pegas el informe medioambiental de Obimasa, que alerta del impacto de la contaminación acústica en la zona, frecuentada habitualmente por senderistas y ceutíes que buscan practicar deporte al aire libre, recomendaciones que finalmente se han incluido en el rpoyecto.

El informe medioambiental de Obimasa sobre la viabilidad y efectos del circuito de motocross, admite que la actividad de motocross no estaría expresamente prohibida, pero sí ponía tres pegas que han sido escuchadas: la cercanía de los cementerios y el paso habitual de senderistas, así como la presencia en la zona del Eslizón rifeño (Chalcides colosii), especie de reptil de la familia Scincidae presente en España y en la UE únicamente en Ceuta y Melilla, e incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.

En lo que se refiere a la cercanía de los camposantos cristiano, hindú y hebreo, el informe de Obimasa sí entiende que tendrá efectos notables en el entorno, especialmente en forma de contaminación acústica: “A este respecto, los equipamientos de tipo religioso-funerario (Cementerios cristiano y hebreo) requieren de la tranquilidad y sosiego que son inherentes a estas instalaciones, que podría verse alterada por la contaminación acústica (ruido de motocicletas de alta cilindrada) generada por la actividad de motocross en la pista anexa o cercana”. Una contaminación acústica que afectaría también a quienes buscan la paz caminando por esa concurrida senda. El sendero peatonal del Hacho, el sendero terrizo y Parque de Santa Catalina se verían afectados, en mayor o menor medida, por la contaminación acústica en la fase de explotación. Incluso el sendero preexistente, que deberá desviado discurrirá en su nuevo trazado totalmente anexo al vallado perimetral de la pista de motocross, por lo que sus usuarios deberán convivir con el ruido de las motos.

Un impacto asumible respecto a los núcleos habitados (a más de 800 m) pero sin embargo, alegan desde Obimasa,  “no se tiene en cuenta la interacción, compatibilidad y/o efectos de esta contaminación acústica (ruido), a generar en la fase de funcionamiento de la pista de motocross, sobre las actividades de recreo y esparcimiento y el uso funerario-religioso en instalaciones y equipamientos de uso público coincidentes en un contexto físico muy cercano”.

Por ello, recomienda el informe,  “el control de ruidos, en genérico, debería efectuarse en todas las fases, especialmente en la de explotación (por otra parte, el cumplimiento de la normativa existente en cuanto a emisiones acústicas de vehículos a motor” es una exigencia legal, aplicable a todo vehículo con independencia de que actúe o no en este proyecto, por lo que no debe ser considerada per se una medida preventiva o correctora en sentido estricto). Sería adecuado, por tanto, que se efectuase una enumeración de las medidas preventivas y correctoras por fases del proyecto (ejecución u obra, explotación, clausura)”.

Asimismo, el informe recomienda medidas correctoras específicas de mitigación de los niveles de ruido, así como la realización de mediciones periódicas de los niveles de ruido durante la fase de explotación.

Para la configuración del circuito, según el proyecto, se precisará de la realización de movimientos de tierra y de operaciones de compactación, para crear los diferentes desniveles y para la formación de peraltes, saltos y demás obstáculos que configurarán el circuito. Se estima un total de 13.000 toneladas de material, asociado al movimiento de tierras, que será aprovechado en su totalidad en la configuración del circuito y en el mantenimiento posterior de la pista, no generándose material residual de este proceso. El acceso motorizado se realizará desde la zona Este, desde el Cementerio hebreo. La pista tendrá una superficie total de 8.000 m2 , con un ancho mínimo en todo el recorrido de 6 metros.

Un circuito de motocross entre cementerios


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