La tarea no es fácil, tampoco cómoda, pero merece la pena. Hay que recorrer un laberinto vallado, caminar junto a las obras de la N354, para, al fin, llegar a la meta: la playa del Tarajal, renacida con la pandemia y, en especial, con el cierre de la frontera y con ella el cese del porteo y el tránsito.
La playa del Tarajal, es la única buena noticia del cierre de la frontera. Los vecinos de las zonas aledañas del Príncipe y Loma Colmenar tienen ahora ante sí una playa amplia y limpia. Un espacio natural hasta ahora enterrado en plástico, embalajes y todo tipo de desechos que dejaba tras de si especialmente el porteo. Ahora, tras cuatro meses limpia y tranquila, la playa del Tarajal ha renacido como la sorpresa del verano en Ceuta.