El casco del granelero OS 35, uno de los barcos que colisionó hace pocos días en aguas del Estrecho, se ha roto, según ha informado el Gobierno de Gibraltar. De momento, las dos secciones en las que el buque quedó dividido aún no han terminado de separarse por completo.

Ante el riesgo de vertido, las autoridades ya venían trabajando para tratar de extraer todo el combustible del navío, cosa que, sin embargo, aún no había sido posible acometer. En este sentido, la vigilancia está siendo extrema. De momento, no parece que se haya producido ningún derrame de petróleo. Según fuentes gubernamentales del enclave, el OS 35 ya está rodeado por una barrera oceánica que debería contener cualquier vertido que pudiera producirse.

La Autoridad Portuaria de la zona trabaja ya para intentar anticiparse a los posibles escenarios venideros. A este respecto, Capitanía Marítima y el Consejo de Contingencia están tomando las medidas necesarias con vistas a minimizar cualquier impacto medioambiental.

Cabe señalar que todas las personas que iban a bordo del barco al momento de producirse el accidente -un total de 30 entre tripulantes e inspectores- han sido evacuadas de forma segura y sin mayores inconvenientes.

De manera temporal, las autoridades han decretado la suspensión de todas las operaciones marítimas en la bahía, ello, con el fin de concentrar todos los esfuerzos y recursos existentes en solventar la situación de emergencia.