Ceuta es un esbozo de isla, rodeada por los mares por tres de sus cuatro orillas, sus tradiciones y sus aspiraciones de futuro pasan por su relación con el mar que la enmarca y del que presumen las campañas turísticas de la ciudad. Pero pese a ello no existe una regulación que lo proteja, lo vigile y lo preserve. Una laguna que Septem Nostra cree urgente solucionar para lo que reclama un ordenamiento de los usos del litoral.

Tras la última polémica por unos trabajos de acondicionamiento en la playa del Desnarigado y su impacto en sus valiosas y generalmente cristalinas aguas, especialmente frecuentadas por los aficionados al buceo desde Septem Nostra se recuerda la necesidad de ordenar el uso y explotación de las aguas de Ceuta. Es necesaria y urgente, explica Óscar Ocaña, de Septem Nostra, determinar y demarcar “dónde y de qué manera se puede bucear, dónde se puede pescar y dónde no, cómo vamos a ordenar nuestras playas, por dónde van a transitar las motos de agua y un largo etcétera”, enumera.

” El proyecto de ordenación del litoral deberá recoger todas las sensibilidades, y ser un árbitro esencial que genere un gran acuerdo colectivo que normalice los hábitos pesqueros, así como todas las demás actividades recreativas y profesionales que se realizan en nuestras aguas”, reclamaban ya en 2012 en el marco de la Agenda Local 21, aprobada pero olvidada, denuncian desde Septem Nostra.

Un uso que no sólo afecta al ocio y las actividades deportivas sino también a explotaciones como las almadrabetas cuyo número es necesario determinar, y también al urbanismo, “cuántos paseos litorales vamos a querer, o si vamos a querer paseos litorales, dónde deben ser, cómo vamos a señalizarlos”, sigue enumerando Ocaña.

Una ordenación y una regulación especialmente urgentes en el caso de la pesca deportiva, sobre todo la submarina, para lo que consideran necesario acordar la cuantía las capturas y los lugares donde capturar, poniendo coto al furtivismo y preservando el buceo deportivo, uno de los atractivos turísticos de la ciudad.

Un trabajo, urgente, necesario y barato. “Más barato que la pasarela de Fuente Caballos”, ironiza Ocaña.

La pasarela de Fuente Caballos

”Llevamos años y años reclamando un plan de ordenación del litoral que costaría muchísimo menos de lo que se han gastado ahí”, lamenta el representante de Septem Nostra para quien la citada pasarela es un atentado ambiental y un “dispendio innecesario” añade recordando el presupuesto de la obra, de 120.000 euros.

Una obra que, denuncia, supone también una vulneración de la Ley de Costas. Y es que al término de la pasarela de madera, que serpentea un centenar de metros por la orilla de Fuente Caballos, se ha construido una pasarela de hormigón que desciende hasta la orilla de la pequeña cala de piedras. “Es ilegal”, clama Ocaña, que recuerda el valioso entorno de los arrecifes de Fuente Caballos.