El Estado va a sacar del tramo de costa más cercano al espigón fronterizo del Tarajal, el que linda con Marruecos y está vetado al uso por parte de lo bañistas por razones de seguridad, unos 500 camiones de áridos que se repartirán por los otros tres arenales de la bahía sur, sobre todo en El Chorrillo, la más afectadas por los temporales de los últimos años, con lo que se ganará en zonas de baño útiles y aumentará la dificultad para acceder a territorio español por la misma vía que a mediados de mayo.
La cuestión por dilucidar ahora es cuándo se ejecutará el proyecto. El Área de Fomento de la Delegación y el Ministerio de Transición Ecológica están evaluando si comenzar cuanto antes la ejecución del proyecto encomendado a Tragsa para mover 12.000 metros cúbicos de arena o esperar a que termine la temporada de baño que acaba de empezar.
La ejecución del proyecto también servirá para dificultar de forma directa la posibilidad de rodear a pie el espigón del Tarajal, la vía que utilizaron miles de migrantes a mediados de mayo instigados por el país vecino para entrar en la ciudad autónoma por un punto en el que hace años ya se barajó un proyecto de ampliación de la barrera de rocas con pilares enrejados que nunca se hizo y en el que ahora se estudia de nuevo acometer obras de recrecimiento..
No obstante, la actuación tiene, además de un propósito colateral de seguridad, un objetivo ambiental y de acondicionamiento del litoral. El Área de Fomento que dirige Diego Martínez y el Ministerio competente ya han revisado el tipo de áridos existentes en ese tramo de playa baldío, hacia el que las corrientes tienden a llevarse la del resto de arenales del frente sur de la ciudad, para corroborar que son del mismo tipo y seleccionar su reubicación en función de su naturaleza de la forma más coherente con cada tramo de playa a rellenar.
Al tratarse de materiales del mismo tipo la legislación evita la realización de estudios ambientales más profundos como los que hubiera sido preciso hacer para la ejecución de aportaciones como las que hace años se plantearon desde la Ciudad Autónoma con arena procedente de la costa de la provincia de Cádiz.
“Una vez realizada la selección de áridos y recibido el visto bueno a su idoneidad se efectuó una encomienda de gestión a Tragsa cuya ejecución demoró la crisis fronteriza de mediados de mayo y ahora se está evaluando el mejor momento para realizar los trabajos: si a la mayor brevedad, para lo que se minimizarían las molestias a los bañistas realizando el transporte en camiones de la arena en horarios de menor utilización de las playas, o esperar a que termine la temporada de baño”, ha concretado Martínez, que calcula el movimiento de áridos previsto en unos 12.000 metros cúbicos.
Según los informes técnicos elaborados durante los últimos años, “el litoral del sur de Ceuta no admite la formación de playas naturales de cierta calidad a causa de sus características geomorfológicas”, pero una operación de este tipo ampliará sensiblemente el área de uso efectivo sobre todo de la de El Chorrillo, donde la anchura de playa casi ha desaparecido en algunos puntos, así como mejorar las condiciones de utilización de La Almadraba y La Ribera.