En el bar, en el taxi, en el café, en el mercado o en el súper, en el gimnasio o en la piscina, en el Pleno o mientras se espera a ver si viene o no el interventor a testificar, en el ascensor, la lluvia se siente, la lluvia está presente –y tal y como está el patio no descarte que la lluvia pueda ser presidente–. Este jueves hace el octavo día seguido de pura primavera: un rato sol, otro rato lluvia y con temperaturas agradables la mayor parte del tiempo. Los arcoiris son la prueba. Pero ocho días seguidos, y aún guarda el cielo algo para este viernes, serán nueve, no son demasiado habituales y comienzan a dejarse notar, a copar conversaciones y a bajar ánimos, además de llenar los pantanos.

Nos lo confirma nuestro psicólogo de cabecera, David Álvarez-Montano (Concentra Centro): “La lluvia es triste”. Pero antes de tirarnos por esos derroteros y que suene todo como en una canción de folk celta, veamos los datos y la previsión.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), esa gente que además de mirar al cielo desde abajo lo miran desde arriba con los satélites, miden vientos, humedades y presiones y se atreven a decir si va a llover o no, pronostica para este viernes que es casi seguro que lloverá -¡vaya novedad!- antes de las 6 de la mañana (95 por ciento de probabilidades), a partir de las 6 hasta las 12 dan un 40 por ciento de posibilidades a que el cielo siga escupiendo agua; para la hora de las cañas y las copas y el té (de 12 a 18), es casi seguro que no llueva y el Sol se deje ver, entre nubes, eso sí, (sólo un 5 por ciento de posibilidad). Es del todo probable que no llueva y reine el sol desde las 12 del mediodía del sábado y durante todo el domingo. Es decir: Este viernes escampa. La tregua o la normalidad, según se mire, durará al menos hasta el martes.

Según ha recogido la estación de Ceuta de la Agencia Estatal de Meteorología en la ciudad comenzó a llover el pasado jueves 5 de mayo (4,6 litros por metro cuadrado) y desde entonces hasta hoy, todos los días al menos un ratito el horizonte se tiñe de gris y de las nubes comienza a caer agua. El viernes 6, 8,2 litros por metro cuadrado; el sábado, 2,6; el domingo, 5,4; el lunes, 13,2; el martes, 4,6; el miércoles 11 litros por metro cuadrado y en lo que va de este jueves, 3,6 litros por cada metro cuadrado de baldosa. En total 53,2 litros por metro cuadrado en 8 días, más lo que caiga este viernes.

Así que sí, ese señor tan salado que al fondo del bar hablaba como para su colega de Algeciras tenía razón: “Ya llovió en mayo to' lo de abril”. Bueno, más o menos. En abril cayeron en Ceuta 57 litros por metro cuadrado a lo largo de sus 30 días, así que para ser sólo 8 días, lo que ha llovido en Ceuta no está mal. Abril fue un mes normal en lo que a precipitaciones en la ciudad se refiere. Se alcanzó el 95 por ciento de la media de lo que se recoge en un mes de abril de los últimos años, según AEMET. Y este mayo parece que será, como poco, húmedo. El año pasado fue un mes normal, se alcanzó el 81 por ciento de lluvia sobre la media recogida entre 1981 y 2010 en los meses de mayo y cayeron en la ciudad 22 litros por metro cuadrado. Así que este mes de mayo ya ha llovido el doble de lo que lo suele hacer un mes de mayo desde 1981.

Y eso tiene consecuencias. Se llenan los pantanos, “algo, no mucho, prácticamente no se nota porque la tierra lo ha empapado casi todo”, refieren desde la Confederación Hidrográfica del Gualdalquivir, dando a entender que venimos de meses secos (en diciembre no cayó una gota y abundan más los meses secos, por debajo de la mitad de la media). Así el embalse del Infierno está al 65 por ciento de capacidad y el pantano del Renegado al 38 por ciento.

Cambios en el ánimo

Y además de llenarse los pantanos, usted y yo lo notamos en el ánimo y no sólo porque a todo el mundo le da por coger el coche, el habitual atasco es más grande y el estrés que se soporta al volante es mayor, o en el caso de optar por andar, el paseo se convierte en muchos casos en un eslalon para evitar que algún paraguas nos deje tuertos, que hay señoras a las que se les podría confiar la propia vida en un juicio por combate si esto fuera Juego de Tronos y la lucha fuera con paraguas. “La lluvia entristece”, según nuestro psicólogo, David Álvarez-Montano. Aunque hay mucho más por descubrir detrás del tópico.

“El estado de ánimo se ve afectado por dos motivos directamente: El cambio de tiempo y la lluvia de repente afectan porque afectan directamente a la gente con problemas respiratorios, que somos muchos De ahí los problemas de astenia y demás. Tienen más que ver con eso que con depresiones clínicas reales. Por otro lado, los cambios de tiempo debilitan a nuestro organismo y nos hacen más propensos a enfermedades, lo que, de alguna manera, también nos afecta”, nos ha explicado Álvarez-Montano.

Ya. Ya. Todo eso está muy bien. Pero a mí lo que me azota por dentro no es el resfriado, ni el asma, ni la alergia; lo que me tiene malo no, malísimo o lo siguiente es que con este tiempo no se puede hacer nada, pensarán muchos en este instante. Y también tienen razón. Álvarez-Montano (ponga un psicólogo en su vida) aquí no nos explica, nos ilumina como el deseado Sol:

“Por último, nos afecta también en nuestras expectativas; hemos tenido un invierno cálido y seco, pero no estamos preparados para vernos en mayo con paraguas y abrigo, de nuevo. Afecta a nuestras expectativas de ocio y tiempo libre y también a nuestras rutinas. Nosotros, por ejemplo, en Concentra Centro hemos tenido ausencias de niños, más que nunca, más enfermedades. Y todo porque ha llovido. Pero la idea es que el estado de ánimo se afecta en primavera y con las lluvias por afecciones respiratorias y por propensión a enfermedades, más que por aspectos puramente psicológicos”.

Aún así, después de ocho días, nueve si se cumple la previsión de este viernes, con la lluvia presente, una vez que escampe, algunos y algunas van a sentir un subidón. Algo así como lo que pasa en Bilbao cuando asoma el sol en primavera o dentro del círculo polar cuando pueden contemplar el sol de medianoche. Y como escampa justo el viernes habrá quienes “salgan a darlo todo”. Y Álvarez-Montano no se atreve a decirlo, pero puede ser un buen fin de semana para ligar.

Aunque antes de descorchar el champán para celebrar el sol, debe saber que no a todo el mundo le va bien. Que los hay, por así decirlo, con carácter norteño (de Invernalia de toda la vida) y otros que son más extrovertidos y solares.

“Hay gente que se activa con la sobre estimulación sensorial: con el ruido, la luz, el bullicio. Esa gente es de sol y son los supuestamente sociables. Pero hay mucha gente que es al contrario, eso les agota, se quedan sin pilas por sobre estimulación y se recargan a solas, a su bola, a su aire, sin que le molesten mucho. Lectores, gente que está a gusto en su casita, etc. O en los bares, pero el día que más tranquillo se está. Esta gente en días de lluvia es más feliz, porque hay menos ruido, menos luz, menos gente, es más tranquilo todo”, disecciona el psicólogo. Aunque en líneas generales Álvarez-Montano reconoce que “ser de una manera está mejor vista que de otra. Es como la lucha entre los madrugadores y los noctámbulos. Y claro, a todos nos gusta el sol”.

Así que, recuerde, este viernes escampa, vuelve el sol. Si es introvertido no desespere, el miércoles volverá la lluvia. Si es extrovertida o extrovertido, por favor, con moderación, pero ¡qué demonios! “el sol está brillando/vamos se feliz”.