Tal y como viene sucediendo desde hace semanas, un rebaño de chivos aparentemente libre de pastor ha 'invadido' de nuevo los aledaños del recinto hospitalario bajo la atenta (y atónita) mirada de vecinos y paseantes; en esta ocasión, los animales no parecen haberse alimentado de las plantas que crecen a las puertas del clínico
Ha vuelto a ocurrir: cuando el que escribe estas modestas líneas creía haberlo visto todo en la vida, cuando nada llevaba a pensar que el suceso que ha propiciado la elaboración de este artículo se fuese a repetir, va el ser humano y deja de nuevo en veraz aquello de 'la realidad supera siempre a la ficción'.
Al igual que sucediera hace ahora quince días, Loma Colmenar ha amanecido este caluroso 7 de agosto con una estampa que, de no actuar las autoridades competentes (véase la Policía local), entraña serio riesgo de convertirse en tónica habitual. Sí, lo has adivinado: si has leído el titular que corona el presente texto, sabrás que la barriada ha vuelto a ser 'invadida' por un rebaño de cabras.
A diferencia de lo ocurrido la última vez, en esta ocasión, los animales no se han colado en el recinto hospitalario ni devorado las plantas que crecen en las zonas ajardinadas de este mismo, circunstancia que, conviene recordar, está terminantemente prohibida a nivel autonómico.
La Ordenanza municipal reguladora del uso y conversación de las zonas verdes tipifica como "infracción grave" en su artículo 27 "destruir o deteriorar elementos vegetales". Para quienes incumplan lo dispuesto en la norma, esta misma contempla sanciones económicas que van "desde 150,26 hasta 450,50 euros".
Pastajes aparte, cabe subrayar que, en nuestro país, no existe ley que prohíba o impida expresamente el tránsito del ganado por el casco urbano. Sin embargo, el Reglamento General de Circulación explicita que "solo se permitirá el tránsito de animales de tiro, carga o silla, cabezas de ganada aisladas, en manada o rebaño, cuando no exista itinerario practicable por vía pecuaria".
A pesar de la excepción, los animales como las cabras solo pueden circular por la vía pública "siempre que vayan custodiados por alguna persona". En este caso particular, la imagen que ilustra la noticia no muestra ganadero alguno controlando a los chivos, por lo que la coyuntura es, sin ningún género de dudas, totalmente irregular.
Hay vecinos a los que parece darles igual el hecho de que haya ovinos pululando a pocos metros de sus casas (o, por lo menos, a los que la situación les importa poco); otros, por contra, consideran que lo vivido hoy -y ayer y anteayer- parece directamente sacado de El show de Truman. "Esto es vergonzoso", espetaba este mismo mediodía un veterano lugareño.
Está claro que las cabras han de pertenecer a alguien. La pregunta es: ¿quién es ese 'alguien'? ¿Por qué insiste en pasear a sus animales por Loma Colmenar aun a riesgo de que la Policía o la Guardia Civil le endosen una cuantiosa multa? Misterios de Ceuta.
