Estrellas Michelín y Soles Repsol, el premio a la constancia y la felicidad de los clientes

La I Semana Gastronómica Sostenible de la Cámara de Comercio se acerca a su final y lo hace hablando de una cuestión clave: la que tiene que ver con los reconocimientos a los establecimientos; unos reconocimientos que suponen incrementos en la facturación muy importantes y que son la mejor campaña de marketing para quienes las reciben; eso sí, la constancia es brutal, porque, en el caso de las Estrellas Michelín y los Soles Repsol, el listado no es inmutable, e igual que se entra en el mismo, se puede salir


Mesa de auténtico lujo la que ha servido para iniciar la última mañana de la I Semana Gastronómica Sostenible organizada por la Cámara de Comercio de Ceuta. La misma ha contado con la presencia del chef Diego Gallegos, propietario del restaurante Sollo, Enrique Sánchez, cocinero estrella de Canal Sur, y Hugo Ruiz, propietario del grupo Bugao.

Una mesa redonda que ha abordado qué es necesario para obtener los dos reconocimientos más significativos en el mundo de la gastronomía y la restauración en nuestro país, las Estrellas Michelín y los Soles Repsol, desde la experiencia de los intervinientes, comenzando por el chef ceutí.

Hugo Ruiz ha destacado las dificultades para poder obtener reconocimientos de este tipo en Ceuta, marcada por los condicionantes de extrapeninsularidad y de pequeño tamaño de nuestra ciudad que hacen más complicado que el nombre de un establecimiento hostelero pueda sonar más allá del Estrecho. Unas complicaciones que no fueron impedimiento, sin embargo, para que lograra el reconocimiento, eso sí 4 años después de abrir las puertas de Bugao. Un tiempo que en el caso del restaurante abierto en Madrid ha tardado mucho menos, apenas 7 meses desde su apertura, lo que pone sobre la mesa la brecha a la que aún se enfrenta la ciudad.

El chef ceutí ha puesto sobre la mesa, además, la formación como elemento clave para que otros establecimientos de la ciudad puedan aspirar a obtener este tipo de distinciones. Una formación en la que, ha explicado, viene insistiendo desde sus inicios. Él mismo se formo en la Escuela de Hostelería de Sevilla, y tiene claro que el de la hostelería es un mundo en el que, por circunstancias, “se ha aceptado todo”. Ahora bien, ha explicado, si uno quiere aspirar a la excelencia debe contar con un equipo formado y preparado para lo que un establecimiento de ese tipo requiere.

Diego Gallegos, chef y propietario de Sollo, que no solo cuenta con una Estrella Michelín, sino también con una Estrella Verde, ha explicado como la constancia es clave. Su negocio logró la distinción apenas 6 meses después de abrir las puertas pero reconoce que su modelo de negocio estaba enfocado desde el principio a este fin. El motivo es claro, cuando cuentas con una Estrella Michelín ya no te hacen falta más campañas de marketing, ha explicado. Concretamente, ha continuado, su facturación se incrementó un 40 por ciento, por lo que anima a quien aspire a este fin a que invierta todo lo necesario para conseguirlo.

Junto a la constancia, la felicidad del cliente, su experiencia, es clave. Así lo reconoce el propio Diego, que subraya que cuando un cliente va a pagar entre 200 y 300 euros por comer en un establecimiento, todo tiene que salir perfecto.

Una perfección que Enrique Sánchez sitúa en los pequeños detalles, en que en el momento de salir del restaurante uno ya esté pensando en volver, en revivir la experiencia porque ha sido altamente satisfactoria. Y es que la buena gastronomía es un lujo, pero no más que otras actividades de nuestro tiempo de ocio, como ir a un partido de fútbol, por ejemplo. Por ello, los participantes en la mesa redonda han animado a los participantes a probarlo, al menos una vez en la vida.

Estrellas Michelín y Soles Repsol, el premio a la constancia y la felicidad de los clientes


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